Los congresistas surgidos de las Farc deben desmovilizar su lenguaje, reconocer sus crímenes y reparar a sus víctimas.

La revictimización de los secuestrados

domingo 26 de septiembre, 2021

Las declaraciones de Sandra Ramírez, senadora del partido de las Farc, en las que habló de las “comodidades” que su guerrilla les brindaba a los secuestrados, así como el homenaje que le rindió a alias el “Mono Jojoy”, generan grandes inquietudes sobre los cabecillas que se beneficiaron con el acuerdo de paz que suscribieron con el gobierno del expresidente Juan Manuel Santos, pero que hoy, desde los espacios que el Estado les entregó, siguen validando los métodos criminales que aplicaron durante tantos años.

“Ellos (dijo la congresista del partido Comunes en referencia a los secuestrados de las Farc) tenían sus comodidades a medida de las condiciones, su camita, su cambuche, todo”.

La indolencia con la que Ramírez habla de este tipo de temas no corresponde al lugar que ocupa hoy en el sistema político colombiano y se constituye, además, en una revictimización de quienes pasaron años privados de la libertad en los campos de concentración de la guerrilla.

Los colombianos, muy especialmente las nuevas generaciones, deben cuidarse de caer en juegos que buscan romantizar conductas criminales y reescribir la historia para lavar la imagen de quienes por años sembraron dolor y muerte en el país.

Las Farc tienen grandes deudas con sus víctimas, pues luego de cinco años de suscrito el acuerdo de La Habana, sus cabecillas, que hoy se benefician de esas negociaciones, no solo siguen sin reparar los enormes daños que causaron, sino que, por el contrario, tratan de justificar y de negar las atrocidades que cometieron.

Actitudes como ésta, lejos de propiciar la reconciliación, la dificultan, pues estimulan la indignación ciudadana. Por eso, el llamado a los líderes del partido surgido de la guerrilla es a que reconozcan sus crímenes, a que les respondan a sus víctimas y a que se desmovilicen mentalmente.

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