La toma del Cauca

jueves 12 de julio, 2012

Si bien en los últimos seis meses los ataques y hostigamientos de la guerrilla en el Cauca se han intensificado, los problemas de orden público en este departamento no son asunto nuevo; históricamente esta zona del suroccidente colombiano ha padecido la concentración de diferentes actores armados que, desde los tiempos de la violencia partidista en la mitad del siglo XX, pasando por la época del M-19 y el Quintín Lame en los años 80, hasta lo que ocurre en la actualidad con las Farc, han sembrado muerte y zozobra entre su población.

La que hoy se vive en el Cauca es una situación compleja, pues además de los factores de estrategia militar, como la topografía, que dificulta el acceso de la Fuerza Pública, y su ubicación geográfica, que hace que este departamento sirva de corredor entre el interior del país y el Pacífico, \”bondades\” aprovechadas por la guerrilla para el cultivo, procesamiento y tráfico de coca, hay también factores sociales que incidieron en que las Farc llegaran y se quedaran allí, lo que hace aún más difícil resolver el problema de orden público.

Desde luego, el componente militar y de Policía es fundamental para avanzar en la recuperación del Cauca, pero además de ser sostenido, pues no se puede seguir cometiendo el error de aumentar la presencia de la Fuerza Pública cuando algo malo ocurre y retirarla cuando la calma regresa, es necesario que se cumpla la promesa del presidente Juan Manuel Santos de hacer presencia estatal también desde otros frentes como la educación, la infraestructura, el emprendimiento y la inversión social.

Contrario a lo que algunas comunidades indígenas han pretendido con sus inadmisibles peticiones de retiro de policías y soldados, el Estado desde todas sus áreas, no sólo desde lo militar, debe tomarse el Cauca, pues mientras esto no ocurra, se dejarán espacios que ocupará la ilegalidad.

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