Al escándalo de corrupción de la entidad se suma la casi nula preparación para afrontar el fenómeno climático que está por llegar.
La Ungrd y La Niña: ¿una catástrofe anunciada?
Colombia enfrenta una amenaza inminente que, aunque bien conocida, parece haber sido ignorada por aquellos que debían estar preparados para afrontarla.
El fenómeno de La Niña, que se espera llegue en las próximas semanas, podría desatar un desastre natural de proporciones devastadoras.
Sin embargo, la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres, UNGRD, encargada de mitigar y responder a estas emergencias, se encuentra en un estado de cuasi parálisis, incapaz de actuar en el momento más crítico.
El contralor general de la República, Carlos Hernán Rodríguez, reveló cifras que son, cuando menos, alarmantes: la Ungrd sólo ha ejecutado un 0,96% del presupuesto asignado para la atención de riesgos y desastres entre enero y julio de 2024. Esta inacción no es casualidad, sino el resultado directo de un escándalo de corrupción que sacude los cimientos de la entidad, con más de un billón de pesos desviados hacia la corrupción.
El gobierno nacional no puede evadir su responsabilidad. Es este mismo gobierno el que nombró a los funcionarios que perpetraron el saqueo, y es el mismo gobierno el que, tras el escándalo, ha dejado a la entidad prácticamente inoperante.
Con la inminente llegada de La Niña, la incapacidad de la Ungrd para actuar podría tener consecuencias catastróficas: inundaciones, deslizamientos de tierra y crecientes súbitas que seguramente cobrarán vidas y generarán pérdidas económicas incalculables.
Colombia está al borde de una crisis que pudo haberse prevenido en gran parte si se hubieran tomado las medidas necesarias. La falta de ejecución presupuestal en la Ungrd no sólo es un fracaso administrativo, sino una traición a la confianza pública.
Muchas zonas del país quedarán a merced de la fuerza de la naturaleza, que ojalá tenga la compasión que no tuvieron quienes saquearon los recursos para la prevención de riesgos.