El control territorial de los grupos criminales ha llegado al punto de ocultar la violencia. En varias zonas del país, los muertos simplemente desaparecen.
La violencia que no se cuenta
El país no puede caer en la trampa de las cifras frías.
Es cierto que los homicidios registrados oficialmente han disminuido en algunas regiones, pero eso no significa que la violencia haya cedido.
Al contrario, lo que está ocurriendo es aún más grave: los grupos criminales han perfeccionado sus métodos para ocultar sus crímenes y consolidar su poder sobre territorios enteros.
Información conocida por el Diario Occidente revela una realidad aterradora en el litoral Pacífico, especialmente en Buenaventura, Cauca y Nariño.
En estas zonas, los grupos armados no solo imponen su ley con extorsiones, desplazamientos y amenazas, sino que han encontrado la forma de evitar que sus crímenes sean reportados.
En Buenaventura, los cuerpos son arrojados al mar; en la costa caucana, terminan en fosas comunes cavadas por los mismos victimarios y, en algunos casos, los familiares de las víctimas reciben la orden de enterrar a sus seres queridos en silencio, con la amenaza de que denunciar significaría una nueva tragedia.
Es un engaño decir que hay menos violencia solo porque hay menos cuerpos en los registros oficiales.
La Defensoría del Pueblo alertó sobre 11 zonas del país en estado crítico de seguridad, donde los grupos criminales han expandido su dominio.
No solo matan con impunidad, sino que también han logrado silenciar a las comunidades mediante el miedo y la represión.
En estos territorios, el Estado ha sido reemplazado por las reglas de la ilegalidad, y el mensaje es claro: la violencia no se denuncia, no se cuenta y, por lo tanto, pareciera no existir.
Esta situación no puede ser normalizada.
La intimidación y el ocultamiento no pueden ser el nuevo método para maquillar la crisis de orden público.
Si el gobierno sigue en negación, si no reconoce la magnitud del problema y no recupera el control territorial, la violencia seguirá creciendo en las sombras.