Partió de Cali con al menos cuatro decenas de quejas
La visita del Procurador
Ojalá después de la audiencia haya definiciones.
El procurador general de la Nación, Fernando Carrillo, partió de Cali con al menos cuatro decenas de quejas de presuntas faltas disciplinarias y/o hechos de corrupción, de los que fue puesto en conocimiento durante una audiencia pública realizada en esta ciudad.
Ojalá el tema no se quede en anuncios mediáticos y en cada uno de los casos se llegue hasta el fondo.
No quiere decir lo anterior que se esperan sanciones a diestra y siniestra, sino el esclarecimiento de la verdad, pues así como muchas de las denuncias que recibió el Procurador pueden estar basadas en hechos ciertos, bien se sabe que en un año electoral los señalamientos van y vienen, y ahí es donde el órgano de control debe aplicar un filtro que permita establecer los casos que tienen sustento y los que hacen parte de ataques políticos.
Ojalá la presencia de la Procuraduría General en las regiones fuera más frecuente, para que se le hiciera un seguimiento independiente y en profundidad a tantos temas que lo ameritan, pues no en pocas ocasiones la independencia del control disciplinario local, que está en cabeza de las personerías, genera dudas por la cercanía que estas instituciones tienen con la misma administración a la que controlan o por la dependencia política frente al concejo.
¿Eligieron los concejales de Cali como contralor municipal a un ciudadano que estaba inhabilitado para ocupar este cargo? Si así fue, ¿tenían conocimiento del tema? Ese es uno de los casos en lo que se espera haya prontas respuestas del Procurador, a quien también se le plantearon supuestos hechos de corrupción en el Hospital Universitario del Valle, el Inpec regional, la Alcaldía de Buenaventura y Metrocali, entre otros.
Si hay faltas, que haya sanciones pronto.