Los Estados deben establecer reglas de juego claras
Más allá de Uber
Colombia está debatiendo el caso de Uber como si fuera un hecho aislado. Sin embargo, este caso es solo un ejemplo de las nuevas condiciones de la oferta y la demanda en la era de la tecnología.
Las paradojas de Colombia. Por un lado se habla de que la económica naranja puede ser el puente que necesitamos hacia el desarrollo y por el otro debatimos si Uber debe seguir en nuestro país o no.
Lo cierto es que los modelos de negocio como el de Uber llegaron para quedarse y que cada vez impondrán nuevos retos a las actuales formas de hacer las cosas.
Los modelos están cambiando no solo porque la tecnología haya incorporado nuevas visiones sino porque los consumidores ya no son los mismos. El cambio es vertiginoso y no es con demandas ni con fallos judiciales como hay que afrontarlo.
Sin duda, los Estados deben establecer reglas de juego claras en las que los nuevos servicios compitan en condiciones similares con los anteriores. Igualmente, exigir que cumplan las condiciones legales, tributarias, laborales y de seguridad de cualquiera que preste su mismo servicio.
Sin embargo, las industrias también deben transformarse y atemperase a las nuevas necesidades de los usuarios.
Este episodio de Uber y el pasado de Rappi nos obligan a pensar las maneras en que integramos esta política a todo el engranaje empresarial, comercial y jurídico de nuestro país.
No tenemos que inventar la rueda. Hay países que nos llevan la delantera y de los cuales podemos aprender. Lo que debemos es recuperar la proactividad e ir un paso adelante.
Dejar las cosas en pausa deja en manos de la justicia decisiones que no son su competencia y que terminan generando problemas aún más difíciles de resolver.