Este episodio debe servirle a cada colombiano para que revise su nivel de urbanidad

Más allá del incidente con los japoneses

miércoles 20 de junio, 2018

En Colombia no se pueden seguir tomando como normales conductas que son muestras de grosería y de desconocimiento de las normas.

Los vergonzosos episodios protagonizados en Rusia por colombianos que ingresaron licor al partido contra Japón y por quienes aprovechando la amabilidad de los japoneses y su desconocimiento del idioma español los indujeron a repetir vulgaridades en cámara que se volvieron virales a través de las redes sociales ameritan una reflexión que vaya más allá de las críticas a estas reprochables conductas.

¿A cuántos colombianos les pareció una proeza el ingreso de licor al estadio camuflado en binoculares y reprodujeron el video, al igual que reenviaron a través de sus redes sociales la penosa escena con las japonesas?

Si indigna que haya colombianos que vayan a otros países a dar este tipo de muestras de irrespeto, indigna más que haya muchos que celebren estas conductas y las justifiquen como si se tratara de pilatunas inofensivas, pues esto indica que para muchos compatriotas el desconocimiento de las normas (como ingresar licor a un sitio donde está prohibido) y las burlas a partir de la diferencia (como aprovecharse de quienes desconocen un idioma) son conductas normales, casi socialmente aceptadas.

Enhorabuena las manifestaciones de rechazo a estas muestras de mal comportamiento se han hecho sentir y quedó claro que no todos los colombianos avalan ese tipo de conductas.

De nada vale mirar la paja en el ojo ajeno cuando se tiene una viga en el propio.

Este episodio debe servirle a cada colombiano para que revise su nivel de urbanidad, para que evalúe sus modales, para que evite convertirse en reproductor de malos comportamientos y para recordar que el desconocimiento de una norma, por mínima que parezca, dice mucho del nivel de cultura de una persona.

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