¿Abonando el camino para desconocer las elecciones?

La frase Desconfío de la transparencia de “las elecciones del 2026”, publicada por el presidente Gustavo Petro en su cuenta de X, es más que un simple comentario, es una señal de alarma que lleva a un cuestionamiento inevitable: ¿Está el mandatario abonando el terreno para desconocer los resultados si no le son favorables?

La pregunta no es exagerada cuando se observa el contexto que rodea esa declaración: su intención de cambiar la Constitución, las insinuaciones sobre una eventual reelección y su retórica cada vez más reiterativa de que él representa al “pueblo” y que ese “pueblo” no quiere que deje el poder, demuestran que la preocupación sobre el tema no es infundada.

Desconfiar del sistema que durante tres décadas lo eligió como concejal, representante a la Cámara, senador, alcalde de Bogotá y presidente es, cuando menos, contradictorio.

Resulta preocupante que el presidente quiera sembrar una duda tan grave justo cuando se necesita que el país camine hacia una campaña en la que prime la confianza en la democracia.

Petro, como presidente, tiene la obligación de garantizar las elecciones, no de deslegitimarlas de antemano.

En lugar de construir garantías reales para todos los candidatos y partidos, el presidente ha permitido que los grupos criminales avancen en el control de vastas zonas del territorio, zonas donde se teme que el constreñimiento electoral se convierta en un factor determinante.

Allí donde el Estado se repliega, la ilegalidad se fortalece y la libertad del voto se debilita.

El país no necesita más fantasmas de fraude sembrados desde el poder.

El mayor compromiso democrático que se le puede exigir al actual gobierno es respetar las reglas del juego, reforzar la transparencia y dar plenas garantías para que, gane quien gane, los resultados del 2026 sean reconocidos por todos.

La pregunta de fondo es: ¿Petro solo aceptará los resultados si son a su favor? Ojalá no esté preparando la respuesta.

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