La forma y la continuidad de los saqueos dan la sensación de ser algo coordinado.
¿Que hay detrás de los saqueos?
Después de nueve días en los que no han parado los saqueos en Cali, resulta difícil creer que estos ataques contra supermercados, estaciones de suministro de combustible y comercio en general se estén dando de manera espontánea.
Estos hechos delincuenciales generan pánico, aumentan el desabastecimiento y tienen un efecto inmediato en la generación de pobreza, pues la gran mayoría de los establecimientos que han sido saqueados y vandalizados no volverán a abrir sus puertas, generando no sólo dificultades económicas para sus propietarios, sino también dejando desempleados a quienes allí laboraban.
Está claro que este tipo de acciones no se pueden validar como medios de protesta, por el contrario, deben ser tratadas como lo que son, delitos, y las autoridades tienen que actuar para frenarlas.
Aún no es claro porqué en la mayoría de saqueos sus autores han tenido la tranquilidad para proceder hasta dejar vacíos y destruidos los locales.
Igualmente, es necesario que el comité del paro condene pública y claramente estos hechos, pues están ocurriendo dentro de la coyuntura de las protestas y están perjudicando a la población que los promotores de la huelga dicen defender.
En una ciudad con un nivel delincuencial tan grande como el de Cali, ser permisivos con este tipo de hechos puede dar paso a un fenómeno difícil de contener, la falta de sanciones es un estímulo para ello.
Por ello, además de capturar y judicializar a los saqueadores, es necesario que se llegue hasta el fondo del asunto y se establezca si se trata de acciones de la delincuencia común o si estos robos hacen parte de un plan para llevar a la población al desespero, mediante el pánico y el desabastecimiento.