Cada vez toma más fuerza la hipótesis de un plan sistemático para acabar con el sistema de transporte masivo. Las autoridades deben establecer quiénes están tras ello
¿Qué hay tras los ataques al MIO?
Que en la última semana hayan sido atacados 20 buses del MIO, con pasajeros a bordo, no se puede seguir viendo como un hecho conexo al paro, pues las acciones contra los vehículos dan la sensación de ser parte de un plan premeditado contra el sistema integrado de transporte masivo.
Si bien el MIO nunca fue un sistema modelo, en los últimos tres meses sufrió una afectación que aumentó sus problemas. Con el 90% de las estaciones afectadas y 53 buses vandalizados, de los cuales 16 quedaron reducidos a cenizas, y casi un mes sin operar, el masivo, que nunca llegó al ideal de 800 mil pasajeros diarios que garantizaran su equilibrio financiero, ahora moviliza poco menos de 200 mil usuarios por jornada.
Por eso, la teoría del concejal Fernando Tamayo, que denunció lo que considera “un plan sistemático para acabar con el sistema de transporte”, debe ser tomada en serio tanto por las autoridades locales como por la Policía y los organismos de inteligencia del Estado, pues no hay lógica que explique la razón por la cual continúan los ataques contra los buses, que ahora se ejecutan con pasajeros a bordo.
¿Acaso se pretende que, además de las demoras en las frecuencias y en los transbordos, los usuarios tengan en el miedo a los ataques una razón más para no utilizar el MIO?
Cali lleva 20 años invirtiendo en el MIO, la ciudad ha sacrificado recursos de otras áreas para priorizar el sistema, por esta razón, pero sobre todo por los miles de caleños que necesitan el transporte masivo, no se puede permitir que lo acaben a la fuerza, quien sabe con qué intereses.