Recomendaciones para leer encuestas
Siempre en temporada de campaña política, como ahora, el Diario Occidente realiza encuestas de intención de voto que buscan medir las preferencias de los ciudadanos. Se trata de herramientas estadísticas cada vez más utilizadas sobre las que vale la pena reflexionar para evitar que su publicación se convierta en un factor determinante del voto.
Hay varias cosas que los electores deben tener claras a la hora de analizar una encuesta, y la primera de ellas es la ficha técnica, pues contiene información que permite determinar su validez. El tamaño de la muestra, por ejemplo, es fundamental, lo mismo que el margen de error; el segundo depende del primero, pues a mayor número de encuestados, menor probabilidad de variación tiene el estudio.
También se debe tener presente que una encuesta es una fotografía, y que, por lo tanto, del momento en que se recoge la información al momento de la elección, son muchos los cambios que se pueden dar.
En el caso de las encuestas que miden la intención de voto para las corporaciones, como es el caso del Congreso de la República, al que aspiran 1.450 candidatos, la selección de los aspirantes a medir, ante la imposibilidad operativa de incluirlos a todos, representa ya un sesgo.
También se debe tener presente que las encuestas sobredimensionan a los candidatos con altos niveles de conocimiento y minimizan a quienes cuentan con grandes estructuras electorales, por eso algunos que marcan muy bien en intención de voto se queman, y otros que se daban por quemados resultan elegidos.
Todo esto para decir que la decisión del voto no debe depender del registro positivo, regular o negativo de un candidato en una encuesta, lo que se debe tener en cuenta no es cuánto marcó sino qué ha hecho, cuál es su hoja de vida y quiénes lo acompañan.
Además se debe tener en cuenta que lo único que el encuestador no puede controlar es la veracidad de las respuestas de los consultados.