La concertación del salario mínimo exige equilibrio, responsabilidad y visión de crecimiento

Salario: Un acuerdo para que todos crezcan

viernes 5 de diciembre, 2025

La discusión sobre el salario mínimo para 2026 no puede convertirse en una pugna de posiciones irreconciliables.

El objetivo debe ser claro: mejorar el poder adquisitivo de los colombianos sin lesionar la estabilidad del empleo ni comprometer la sostenibilidad del aparato productivo que sostiene la formalidad.

Enviar señales de confrontación en lugar de acuerdos solo profundiza la incertidumbre. El gobierno nacional propuso un incremento del 11 %, mientras que los sindicatos plantean uno superior al 12 % bajo el argumento de recuperar el rezago del ingreso real.

En contraste, los empresarios insisten en que un aumento entre el 7 % y el 8 % es más responsable, considerando los indicadores de inflación anualizada, que asciende a 5.51 %, y la productividad, que apenas llega al 0.91 %.

La negociación no debe ser escenario de descalificaciones ni de anuncios anticipados, sino un punto de encuentro entre quienes producen y quienes trabajan.

El consumo interno se fortalece con ingresos dignos, y el empleo formal se sostiene con empresas viables.

Por eso, un aumento responsable debe venir acompañado de políticas claras de apoyo al sector productivo, estímulos a la inversión, alivios tributarios y programas para la generación de empleo juvenil y femenino, los dos grupos más afectados por el desempleo.

Lo que el país necesita no es una victoria política en la mesa, sino decisiones responsables que envíen un mensaje de madurez institucional. La confrontación no crea empleo, la concertación sí.

Un acuerdo logrado en la mesa demostraría que gobierno, trabajadores y empresarios son capaces de actuar con visión de país, privilegiando el bienestar colectivo sobre las banderas ideológicas.

El salario mínimo debe ser una oportunidad para construir confianza, y no otra fuente de división.


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