Es necesaria la diversidad política en los cargos de elección popular
Señales de una democracia fortalecida
Los resultados de las elecciones del domingo son una prueba inequívoca de la fortaleza de la democracia colombiana: ganaron candidatos de todas las vertientes ideológicas, lo que da como resultado un equilibrio en el poder público.
Que en un mismo país puedan ser elegidos alcaldes al mismo tiempo un empresario, un político tradicional y hasta un exguerrillero son señales de un sano equilibrio democrático que el país debe defender, pues la hegemonía de un partido, sea cual sea su ideología, representa siempre un riesgo para un sistema político.
La oscilación del péndulo ideológico que permite que los poderes se roten entre las diferentes visiones de gobierno es clave para mantener la paz política. Además es prueba de que la voluntad popular es la que define quienes gobiernan.
En ese sentido, los resultados del domingo prueban la falsedad de quienes califican al Gobierno de Colombia como un régimen; esos señalamientos incendiarios e irresponsables quedaron completamente desvirtuados, este es un sistema político plural.
La diversidad política en los cargos de elección popular es tan necesaria como la independencia entre los poderes públicos, pues hace parte de los pesos y contrapesos que garantizan la supervivencia de una sistema libre.
Que unos gobiernen y otros hagan control político y que luego esos roles se inviertan, y que más adelante se roten nuevamente, oxigena la democracia, eso evita que un país estalle en confrontaciones, pues los insatisfechos se expresan en las urnas, no en disturbios ni agresiones. La clave está en garantizar el derecho de todos a elegir y ser elegidos.