Velocidad y movilidad

jueves 13 de diciembre, 2012

Enhorabuena la Secretaría de Tránsito de Cali tomó la decisión de retirar de las calles de la ciudad las señales que establecían como velocidad máxima los 30 kilómetros por hora. Si bien es cierto que este límite de aceleración debe mantenerse frente a hospitales, escuelas y demás puntos de alto tráfico de peatones, no se justifica que en vías principales, diseñadas para desplazamientos a 60 kilómetros por hora, como la Autopista Suroriental, por ejemplo, se obligue a los conductores a circular a media marcha, afectando la movilidad.

Es de caballeros corregir, pero la próxima vez debe hacerse una mejor planificación, pues además de que se hará un doble trabajo, al instalar unas señales que deben ser retiradas y reemplazadas por otras, también se incurre en doble costo.

Con una inversión tan grande como la que está haciendo Cali en las mega obras, destinadas en su mayoría a mejorar la movilidad de la ciudad, resulta contradictorio disminuir la velocidad máxima permitida y dejar algunos puntos de avenidas y autopistas a ritmo de carroza fúnebre.

En algunas vías, como la Avenida Pasoancho, se pueden encontrar señales de 30 kilómetros por hora a menos de una cuadra de otra de 60 kilómetros por hora, lo que obliga una disminución de velocidad peligrosa que puede ocasionar choques.
Si bien es cierto que la velocidad debe ser regulada, los límites deben ser acordes a las vías y a las necesidades de movilidad de la ciudad. Bien vale la pena acompañar la señalización con campañas pedagógicas destinadas no sólo a conductores de todo tipo de vehículos, sino también a los peatones, para ganar en responsabilidad y disminuir la accidentalidad originada por desconocimiento de las normas viales.

Después del desmonte de las señales de 30 kilómetros por hora, bien vale la pena que la Secretaría de Tránsito revise otro tema que afecta la movilidad en Cali: los reductores de velocidad.

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