El bombardeo de Tokio

Gustavo Álvarez Gardeazábal

Hoy hace 80 años los Estados Unidos realizaron el eternamente condenable bombardeo del lugar más densamente poblado del mundo de aquella época: Tokio. 279 bombarderos B 29 destruyeron el corazón histórico de la capital nipona.

Entre impactos e incendios acabaron con 41 kilómetros cuadrados de vida urbana. Los gringos lo habían ensayado muy bien. Era la operación Meetinghouse preparada en inmediaciones de Salt Lake City .Los cálculos más conservadores indican que murieron casi 100.000 personas y que no menos de un millón de japoneses perdieron su hogar.

Las bombas usadas, cargadas de fósforo blanco, quedaron grabadas en la mente de quienes sobrevivieron con quemaduras de todo tipo. Fue una carnicería que buscaba convencer a los tercos generales nipones y a la familia imperial de que a esa fecha ya estaban perdiendo la guerra y deberían rendirse.

No lo hicieron hasta el 15 de agosto, cuando las bombas nucleares de Hiroshima y Nagasaky estallaron para llenar de horror al mundo desde entonces. Era la guerra y como la hicieron para ganarla o perderla,la insania humana no dio lugar ni a rectificaciones históricas ni a la valoración debida de los ganadores y mucho menos de los derrotados.

El belicismo del Japón parece,80 años después, que fue enterrado para siempre en esos espantosos bombardeos. El vicio cruel de humillar al más débil parece que ha vuelto a renacer en Washington por estos días. Ni la literatura ni el cine pudieron captar los horrores o hacer un juicio sereno sobre los efectos de la guerra.

En el imaginario popular quedaron las versiones vendidas por la propaganda de los vencedores. Con la IA y los algoritmos repetir unos horrores así va a ser cuestión de horas,ya no de años y meses como aquellos .Nadie lo cree y desde hace una semana los europeos prefieren armarse para dizque defenderse del enemigo imaginario. Estupideces de los que gobiernan.

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martes 11 de marzo, 2025

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