Aprendí
Al primer año de nacido aprendí lo importante que es un juguete, sobre todo si sabe rico.
A los 8 años, aprendí que no todo se puede arreglar con un berrinche.
A los 15 años, aprendí que no debía descargar mis frustraciones en mi hermano, porque mi padre tenía frustraciones mayores… y la mano más pesada.
A los 20 años, aprendí que los grandes problemas siempre empiezan pequeños.
A los 21 años, aprendí que un libro puede llegar a ser una buena compañía.
A los 23 años, aprendí lo que es extrañar a alguien y lo grato que es volverlo a encontrar.
A los 24 años, aprendí que con el tiempo las cosas se miran de una forma diferente.
A los 28 años, aprendí que se puede hacer, en un instante, algo que te va a hacer doler la cabeza la vida entera.
A los 30 años, aprendí que se necesita mucho amor, paciencia y inteligencia para vivir con alguien.
A los 34 años, aprendí que no se cometen muchos errores con la boca cerrada.
A los 39 años, aprendí que ser buen amigo no se trata solo de recibir.
Y hoy me doy cuenta que todavía, que tengo mucho para aprender. y que no importa la edad que tengas, aun estás a tiempo de cambiar las cosas y ser feliz.