Reflexiones de la madre Teresa

miércoles 8 de agosto, 2018

Nunca sabremos todo lo bueno que una simple sonrisa puede llegar a hacer.

Si juzgas a la gente, no tienes tiempo para amarla.

No dejes que nadie se aleje de ti sin ser un poco más feliz.

No siempre podemos hacer grandes cosas, pero sí podemos hacer cosas pequeñas con gran amor.

Las palabras amables pueden ser cortas y fáciles de decir, pero sus ecos son realmente infinitos.

Yo sola no puedo cambiar el mundo, pero puedo lanzar una piedra a través del agua para crear muchas ondulaciones.

El amor es una fruta de temporada en todo momento y al alcance de todas las manos.

La alegría profunda del corazón es como un imán que indica el camino de la vida.

Hay cosas que te encantaría oír y que nunca escucharás de la persona que te gustaría que te las dijera.

Pero no seas tan sordo como para no oírlas de aquel que las dice desde su corazón.

El hambre de amor es mucho más difícil de eliminar que el hambre de pan.

La revolución del amor comienza con una sonrisa. Sonríe cinco veces al día a quien en realidad no quisieras sonreír.

Debes hacerlo por la paz.

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