¿Cuál será el efecto Abadía?
Tras la captura de Juan Carlos Abadía –condenado por la Corte Suprema de Justicia a más de 21 años de prisión-, muchos se preguntan cuál será el efecto de la salida del exgobernador de la escena política…
La respuesta para esta pregunta es otra pregunta: ¿saldrá realmente Abadía de la escena política?
Cuando fue destituido como gobernador del Valle del Cauca en 2010 e inhabilitado por diez años para ejercer cargos públicos –por participar en política-, Juan Carlos Abadía siguió activo políticamente…
Poco a poco, ejerciendo como jefe político, Abadía fue conquistando espacios en cuerpo ajeno: alcaldías, curules en varios concejos, en la Asamblea Departamental y en la Cámara de Representantes, cargos en la Gobernación del Valle y logró, además, la elección de varios amigos suyos en contralorías y personerías.
En resumen, el impedimento para ser candidato y ocupar cargos públicos no le impidió al exgobernador convertirse en la figura más importante del Partido Liberal en el Valle del Cauca, al punto que se volvió imposible lograr el guiño del jefe nacional de la colectividad, el expresidente César Gaviria, sin el previo visto bueno de Juan Carlos Abadía.
Y si bien Abadía logró todo esto en libertad, es bien conocido que la prisión no es un impedimento para hacer política, pues muchos otros políticos que han corrido con la misma suerte del exgobernador se las han arreglado para seguir moviendo sus fichas desde la cárcel.
Sin embargo, la condena impuesta a Juan Carlos Abadía es alta, y eso ya marca una dificultad para que mantenga su poder político. A esto se suma que estando preso el exgobernador cargará un estigma mayor al que ya cargaba y ahora nadie querrá correr el riesgo de ser identificado como su socio o aliado.
Abadía sigue siendo uno de los políticos más poderosos del Valle, pues en las elecciones de octubre pasado logró la elección de varios candidatos propios y en sociedad, lo que hace suponer que, por lo pronto, mantendrá una burocracia importante.
La primera prueba de fuego en materia electoral vendrá en marzo de 2026, cuando el grupo del exgobernador se tendrá que contar para ver si mantiene su curul en la Cámara de Representantes –que ocupa el congresista Álvaro Monedero-, y la prueba de fuego será en las elecciones de 2027, donde se sabrá si logra mantener el poder local.
Sin duda, Juan Carlos Abadía recibió un duro golpe, el más fuerte de su carrera, pero, por su juventud y sus antecedentes, es anticipado decretar su muerte política, por algo –y no sólo por su edad-, muchos lo conocen como el “niño terrible”…