De Petro a Amlo

La elección de Claudia Sheinbaum Pardo como presidenta de México tiene doble connotación, pues además de ser la primera mujer en llegar a este cargo en un país marcadamente machista, representa una prórroga para la izquierda en el poder, luego de seis años de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, más conocido como Amlo.

Como en Colombia el tema político está centrado en la posibilidad de que el petrismo se quede en el poder más allá de 2026 -cuando finaliza el mandato del presidente Gustavo Petro-, luego de conocerse los resultados de las elecciones de México, los análisis prospectivos están enfocados en ver qué tan posible es que la izquierda colombiana repita la hazaña de la izquierda mexicana.

Como las opciones de un golpe de Estado – que sería el equivalente a utilizar una jugadita para alargar el periodo presidencial-, así como la posibilidad de revivir la reelección inmediata están algo enredadas, es posible que al presidente Petro no le quede otro camino que jugársela con una candidatura en cuerpo ajeno en 2026 y apostarle a lograr lo alcanzado por Amlo.

Sin embargo, hay una gran diferencia entre Gustavo Petro y Andrés Manuel López: sus niveles de aprobación.

Mientras que el mandatario mexicano llegó a su último año con una aprobación del 60%, el gobernante colombiano, que apenas va a cumplir dos años de gobierno, alcanzó el 65% de desaprobación, según la más reciente encuesta de Datexco, es decir que tienen perfiles de favorabilidad invertidos.

Desde hace un buen rato hay quienes sostienen que Petro se la debe jugar en 2026 con una mujer y en el petrismo hay varias posibles candidatas, pero allí está la otra diferencia con lo ocurrido en México, pues ninguna tiene un perfil medianamente parecido al de Claudia Sheinbaum, que, además de ser científica, tiene una larga carrera política y le fue bien como jefa de gobierno –alcaldesa- del Distrito Federal.

¿Cuáles son las opciones femeninas del petrismo? La lista la encabeza la esposa del presidente, Verónica Alcocer; la vicepresidenta Francia Márquez; la poderosa directora del Departamento administrativo de la Presidencia, Laura Sarabia; la exministra de Salud, Carolina Corcho; la senadora María José Pizarro, y la ministra de Ambiente, Susana Muhamad.

Si bien el centro y la derecha no pueden caer en el error de subestimar a quien asuma la candidatura presidencial del petrismo, pues al fin de cuentas el manejo dela chequera de la Nación pesa a la hora de hacer campaña, la elevada desaprobación del presidente y la falta de una figura que emocione en la izquierda como emociona él, dificulta las cosas…

Por eso está sobre la mesa la opción –ya publicada en Graffiti- que plantea la posibilidad de que el presidente Gustavo Petro renuncie a comienzos de 2026 y salga a recorrer el país con su candidata.

En algo en lo que el panorama colombiano sí coincide con el mexicano es en la dispersión de la oposición. Los contradictores de Petro, al igual que los de Amlo, no tienen quien los aglutine y, si llegan divididos a las elecciones de 2026, le harán un favor al petrismo.

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