¿El petrismo puede ganar en el 2026?
Que el clima de opinión sea mayoritariamente adverso a la posibilidad de continuidad del actual gobierno es algo indiscutible. Sin embargo, no es garantía de que en 2026 sea elegido un gobierno de tendencia política distinta al actual.
Como es obvio –y legítimo, siempre y cuando sea de manera democrática-, la izquierda quiere continuar en el poder. El propio presidente Gustavo Petro no pierde oportunidad para manifestarlo…
Esta semana el mandatario dijo: “Ojalá que este gobierno progresista siga del 2026 al 2030”…
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También esta semana se conocieron los resultados del más reciente estudio trimestral de Invamer -contratado por Noticias Caracol-, que muestra cómo la aprobación de Petro sigue bajando mientras su desaprobación va en ascenso.
Según los datos arrojados por esta encuesta, sólo el 29,0% de los colombianos aprueba el desempeño del jefe de Estado, mientras que el 66,0% lo desaprueba.
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Pese a este panorama, es ingenuo pensar que el petrismo no está en capacidad de ganar nuevamente la Presidencia de Colombia, por dos razones sencillas: la primera, que tiene un líder que lo aglutina y, dos, que tiene el manejo de la chequera del Estado, y eso en campaña pesa; basta pensar en el efecto electoral que tendrán los subsidios para entenderlo.
En ese sentido, si la derecha, rival natural del petrismo, se fragmenta, como parece que puede ocurrir, se le podrían facilitar las cosas a quien sea el candidato del continuismo.
Y es que, mientras Petro unifica al petrismo, hoy la derecha –la oposición en general- no tiene ni jefe ni una figura que la aglutine: por un lado está el Centro Democrático, por el otro están los partidos tradicionales de esta tendencia y por otro los outsiders.
Si la derecha llega partida en tres bloques –o incluso cuatro- a la primera vuelta, corre el riesgo de quedarse por fuera de la segunda y la gran final, entonces, sería entre el candidato del petrismo y del centro… Esa final no se puede descartar.