Listas abiertas o cerradas, el dilema del Pacto

Por Mauricio Ríos Giraldo

En medio del proceso de unificación de la izquierda, hay un asunto que desvela a los miembros de las colectividades que conforman la coalición del Pacto Histórico y que planean estar en el nuevo partido unitario…

Se trata de la conformación de las listas al Congreso de la República y la discusión sobre si deben ser abiertas o cerradas.

En 2022, el entonces candidato presidencial Gustavo Petro arrastró las listas del Pacto Histórico, que fueron cerradas, lo que permitió que, por primera vez en la historia de Colombia, la izquierda eligiera la bancada más grande, con 47 congresistas -20 senadores y 27 representantes a la Cámara-…

Sin embargo, en 2026 la cosa será a otro precio. Hasta el momento no se ve en el panorama un candidato de izquierda que pueda transferirle al Pacto lo que le endosaron tanto el presidente Gustavo Petro como la vicepresidenta Francia Márquez, sino que ahora, por el contrario, ambos son figuras demasiado impopulares que en lugar de sumar, pueden restar.

Lo anterior no quiere decir que las listas de la izquierda estén condenadas al fracaso, sino que enfrentarán un panorama muy complejo, porque ya no representarán el cambio frente a un gobierno impopular, ahora serán los candidatos de un gobierno impopular.

Salvo contadas excepciones, en 2022, el grueso de los congresistas del Pacto Histórico no tenía los votos necesarios para ganar, por lo que fue una buena idea cerrar las listas y colgarse de la figura de Petro, pero en la campaña que viene, en la que todo apunta a que la izquierda perderá curules, tal vez les convenga estimular la competencia, es decir, pasarse a listas abiertas, para que todos salgan a buscar votos.

En medio de la dificultad que representa el desgaste del gobierno, los congresistas del Pacto Histórico tendrán por primera vez las ventajas de hacer campaña desde el poder y esas ventajas se pueden traducir en votos…

Como es apenas obvio, quienes ya tenían votos propios –o los han construido durante estos más de dos años en el poder-, prefieren que las listas se abran, pero los que saben que por su cuenta escasamente podrían ser elegidos en el consejo de administración de su edificio, le siguen apostando a que sean cerradas y los ubiquen en los puestos de adelante.

En 2014, cuando el Centro Democrático participó por primera vez en unas elecciones, sus listas fueron cerradas e impulsadas con éxito por la figura del expresidente Álvaro Uribe, pero a la siguiente votación, en 2018, se cambiaron a la modalidad abierta.