¿Roy es viable como candidato?
En pocas semanas, el embajador de Colombia en Londres, Roy Barreras, dejará su cargo para regresar al país y trabajar en la campaña presidencial de 2026.
Aunque no es el favorito de los sectores más radicales del petrismo, su nombre figura como una opción viable dentro de la antigua coalición del Pacto Histórico para suceder al presidente Gustavo Petro.
Hay quienes consideran que la candidatura de Barreras podría convertirse en la tabla de salvación de la izquierda si los llamados “petristas pura sangre” no logran despegar en las encuestas.
La principal fortaleza del embajador radica en que, a diferencia de los perfiles más ideologizados, genera menos resistencia en sectores políticos de centro y centro-izquierda, lo que lo haría más competitivo en una segunda vuelta.
En la coalición de gobierno saben que, tras la gestión de Petro, cualquier candidato que sea percibido como más radical podría espantar a votantes que en 2022 respaldaron la promesa de cambio, pero que hoy se sienten desencantados.
En ese sentido, Barreras podría posicionarse como una opción más moderada dentro del petrismo, capaz de tender puentes con otras fuerzas políticas.
En caso de que su candidatura prospere, Barreras contaría con el respaldo de Petro, quien –por obvia suposición- tendría interés en que su sucesor no le ponga “espejo retrovisor”.
Además, la experiencia de Barreras en el Congreso y su cercanía con políticos de distintos sectores le permitirían atraer apoyos estratégicos, en particular de los partidos Liberal, Conservador y de la U, cuyos congresistas son mayoritariamente “pragmáticos” y suelen alinearse con quien tenga mayores opciones de triunfo y les dé mayores garantías…
Supo Graffiti que dentro del Pacto Histórico ya se ha conversado sobre la posibilidad de que los precandidatos terminen respaldando a quien tenga mayor opción de ganar.
Recientemente, Roy Barreras estuvo en Colombia y sostuvo reuniones privadas con otros posibles aspirantes presidenciales, como Gustavo Bolívar, director del Departamento de Prosperidad Social; la exministra de Salud, Carolina Corcho, y la senadora María José Pizarro.
Claro que antes de lanzarse de lleno a la contienda, Barreras deberá sortear un obstáculo: los señalamientos en su contra dentro del escándalo de alias “Papá Pitufo”, tras las declaraciones del ministro de Comercio, Luis Carlos Reyes, quien lo vinculó con este caso y por las cuales el Consejo de Estado aceptó una demanda de pérdida de investidura en su contra.
Aunque el embajador ha logrado sortear crisis reputacionales en el pasado, esta vez la presión en su contra podría ser mayor, no sólo desde la oposición, sino desde los sectores radicales del gobierno, que lo prefieren por fuera de la contienda.