¿Un paro nacional puede sacar a Petro?
El 10 de mayo de 1957, Gustavo Rojas Pinilla entregó el gobierno de Colombia a una junta militar. El dictador, que ocupaba la Presidencia de la República desde el 13 de junio de 1953, se vio obligado a entregar el poder debido a la presión de un paro nacional.
En ese contexto, en mayo inició un paro nacional al que se sumaron la industria, los universitarios, los bancos, el comercio, los partidos políticos y los medios de comunicación. Una semana después escaseaban los alimentos y Rojas perdió a sus principales aliados al interior de las Fuerzas Militares. Diez días después de iniciado el paro, el dictador renunció.
Este sorbo de historia viene a colación por la polémica columna en la que, a raíz de las multitudinarias marcha del domingo pasado contra el gobierno nacional, el escritor Gustavo Álvarez Gardeazábal trazó un paralelo entre lo que ocurrió con Gustavo Rojas Pinilla y la situación que vive el presidente Gustavo Petro Urrego, que tienen, sin duda, varios elementos en común.
“Como fueron demasiados los colombianos que expresaron ayer su negativa a dejarse imponer una constituyente a dedo. Y como desde muy adentro de la patria se hizo sentir el rechazo a las equivocaciones en rosario que el mesianismo presidencial nos decreta, los colombianos de todas las clases sociales (menos los mamertos y los contratistas que ahora ordeñan el presupuesto) estamos sintiendo que la hora va llegando y el próximo paso es inminente”, escribió Gardeazábal en su crónica diaria.
El paso al que se refiere el exgobernador del Valle es un “gran paro nacional”…
Para Gardeazábal, todo ello madura y “auto-organiza el paro nacional” que, según sostiene, se puede armar desde las redes sociales, como se armaron las marchas del domingo.