En jornada de registro

Incautan cinco litro de ketamina en el Valle

Foto: Policía Valle
viernes 9 de agosto, 2024

Durante actividades de requisa a los usuarios en el terminal de transportes de Tuluá, funcionarios adscritos a la Unidad Nacional de Intervención Policial y Antiterrorismo Unipol, capturaron en flagrancia a un joven momentos en que descendía de un vehículo proveniente de Ecuador, transportando cinco litros de ketamina y 30 gramos de 2CB al interior de un morral.

Así mismo, los uniformados incautaron los insumos químicos.

El hallazgo se dio en el marco de los planes de prevención y control del delito que se desarrollan en el centro del Valle.

Según informó la policía, el capturado tenía antecedentes recientes por procesamiento de narcóticos y fue dejado a disposición de la Fiscalía, que le imputó el delito de tráfico de estupefacientes.

Así mismo, un juez de control de garantías le impuso una medida de aseguramiento consistente en detención intramural.

¿Qué es?

Las autoridades informaron que la ketamina es un fármaco sintético controlado que causa sedación, el cual es utilizado por los traficantes de drogas como compuesto esencial en la elaboración del 2CB o cocaína rosada cuya dosis de un gramo en el comercio ilícito podría costar hasta $50 mil.

La ketamina es un fármaco sintético, derivado de la fenciclidina, que actúa como un antagonista del receptor NMDA.
Se clasifica como un anestésico disociativo y tiene un potencial alucinógeno.

Originalmente sintetizada en 1962, se aprobó para uso humano en 1970 y se ha utilizado ampliamente como anestésico en procedimientos médicos y veterinarios debido a su capacidad para inducir analgesia sin causar un estado de sueño completo.

Los efectos de la ketamina pueden incluir: sensación de desconexión del entorno, alucinaciones visuales y auditivas, pérdida de la noción del tiempo y del espacio, problemas motores y entumecimiento corporal.

Sin embargo, su uso también conlleva riesgos significativos, como la dependencia psicológica, problemas de memoria, y en casos de sobredosis, puede causar depresión respiratoria y muerte.

Además, el uso crónico puede llevar a problemas urinarios conocidos como “cistitis de ketamina” y otros efectos adversos en la salud mental y cognitiva.

La ketamina se utiliza principalmente en contextos médicos como anestésico y sedante en operaciones menores.

En dosis más altas, puede provocar efectos alucinógenos, generando experiencias de disociación y alteraciones en la percepción del tiempo y el espacio.

Según los especialistas, su uso recreativo ha crecido, especialmente en entornos como fiestas y clubes nocturnos, donde se consume por sus efectos eufóricos y disociativos, conocidos como “K-hole” cuando se toman dosis elevadas.


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