Las luchas vallecaucanas (1810-1819)

La historia de los combates independentistas que se libraron en el Valle

jueves 11 de julio, 2019

Johnny Delgado M.

Entre el 3 de julio de 1810 y el 28 de septiembre de 1819, se libraron las guerras de autonomía e independencia del Valle del Cauca, siendo siempre adelantadas a los procesos paralelos de la capital virreinal en Santafé. Este período se puede dividir en tres fases bien demarcadas:

Etapa autonómica (3 de julio de 1810- 30 de junio de 1813). Abarca desde la proclamación de autonomía del Cabildo de Cali en ese 3 de julio de 1810 hasta la pérdida de Popayán con la entrada de las tropas de Juan Sámano procedente de Pasto el 1° de julio de 1813.

Durante este período se libró la Batalla del Bajo Palacé (28 de marzo de 1811) donde el coronel Baraya con tropas cundinamarquesas y vallecaucanas a nombre de las Ciudades Confederadas derrotó al gobernador de Popayán Miguel Tacón. Este mismo sufriría otra derrota a manos de los patriotas comandados por Ignacio Rodríguez, en la Batalla naval de Iscuandé del 28 y 29 de enero de 1812. En el intermedio entre Popayán y Pasto, siempre hubo una tenaz resistencia de las guerrillas patianas realistas, pugnaces enemigas de los vallecaucanos atizados por los excesos de Eusebio Borrero que en 1811, hizo incendiar la capilla de Patía [1]. En el propósito de liberar al presidente Cayzedo y Cuero preso en Pasto, se desplegaron las tropas republicanas que consiguieron derrotar en escaramuzas en Juanambú y Buesaco a los pastusos. Se pactó con ellos la liberación de Cayzedo. Pero el incumplimiento de Macaulay de los acuerdos produjo la Batalla de Catambuco del 13 de agosto de 1812 que perdieron los patriotas [2]. Las milicias pastusas los capturaron para luego fusilarlos.

Toribio Montes, presidente realista de Quito envió a Juan Sámano a recuperar la provincia de Popayán. Los patriotas en inferioridad decidieron retirarse al Valle del Cauca. Sámano ingresó a Popayán el 1° de julio de 1813 para continuar su expedición a tierras vallecaucanas.

Etapa independentista (15 de julio de 1813 a 29 de junio de 1816). Comprende desde la declaración de independencia de Antonio Nariño en Santafé y la pérdida patriota en la Cuchilla del Tambo de 1816.

Las juntas de gobierno de los criollos de 1810 reconocían la tutela del rey español. Buscaban autonomía y criticaban la gestión de los funcionarios virreinales. Por ello había sido frecuente en los últimos años de la colonia repetir el lema: “viva el rey y abajo el mal gobierno”. Antonio Nariño junto a José María Carbonell e Ignacio de Herrera, había logrado imponer primero con la política y luego con las armas, con el apoyo popular de los santafereños, su visión democrática. Reñía con las pretensiones clasistas de Caldas, Camilo Torres y José Miguel Pey, que habían salido derrotados tanto en la Junta Suprema y luego en el Estado de Cundinamarca. Sin guardar rencores, había perdonado a sus enemigos tras el triunfo de San Victorino en enero de 1813. Por eso, desde Santafé proclamó la independencia el 15 de julio de 1813 donde no reconocía al rey e invitaba a los patriotas a no vacilar en su empeño porque si fallaban serían tratados con la crueldad del despotismo monárquico [3]. Esta es la historia que no nos han contado los historiadores patrios. Porque sus discursos almibarados de heroicidad soslayan que el 20 de julio se había impuesto la facción clasista de Camilo Torres y Pey y solamente el 25 de julio, los sectores populares de la capital convocados por Carbonell, expulsaron al virrey del poder, comenzando una pugna por el control del cabildo de la Junta Suprema y luego de Cundinamarca, que conduciría a las luchas de la llamada Patria Boba.

Ya en conciliación de los dos bandos republicanos, Nariño emprendió la Campaña del Sur en la cual venció a Sámano en el Alto Palacé el 30 de diciembre de 1813 y el 15 de enero de 1814 en Calibío [4]. Con ello se retomó a Popayán. Al emprender la conquista de Pasto con 1.500 hombres, venció a sus milicias en los combates de Buesaco del 20 y 21 de abril. Emprendieron la arremetida final a la plaza que defendía Melchor Aymerich que había enviado su avanzada de milicias que ofrecieron una dura resistencia a los republicanos. En los prolongados combates entre el 3 al 9 de mayo de 1814 en el páramo de Tacines que dieron ventaja a los patriotas, los pastusos abandonaron sus posiciones y Nariño se precipitó con parte de su ejército sobre la ciudad. En el trayecto observó cómo Aymerich salía en huida hacia el Paso del Guáitara. Confiado llegó a los ejidos de Pasto y allí fue sorprendido por las milicias pastusas. Desconectado de su lugarteniente Cabal, el Precursor Nariño luchó durante todo el día y perdido, ordenó a sus subalternos salvarse y luego se entregó a los realistas. El resto del ejército patriota, la mitad, regresó derrotado a Popayán. En los vaivenes de la guerra por el dominio de Popayán, los españoles la retomaron al final del año 1814. Un año justo antes Nariño los había vencido allí. El 5 de julio de 1815 al intentar invadir el Valle del Cauca, José María Cabal, Carlos Montúfar, Manuel Serviez, José María Córdoba entre otros, vencieron a Aparicio Vidaurrázaga en la Batalla del Río Palo, propinándole una aplastante derrota que mantuvo libre la provincia un año más [5].

Todo el territorio neogranadino se perdió con la invasión de Morillo. Sobre el Valle del Cauca, llegaron fuerzas enemigas de todos lados. Por el norte ingresó Warleta; por el noroeste Bayer y Plá y por el sur, Sámano. Este derrotó a los patriotas, en la fatídica Batalla de la Cuchilla del Tambo del 29 de junio de 1816. Con ello llegarían tres años de terror para la comarca.

Etapa de Resistencia y Liberación (1° de julio de 1816-28 de septiembre de 1819). Este período está señalado por la invasión española al territorio vallecaucano, la persecución y exterminio de los dirigentes patriotas, la implantación del Régimen del Terror y la liberación tras el Combate de El Guanábano y la Batalla de San Juanito en septiembre de 1819.

Una vez dominado el territorio, las fuerzas españolas de Francisco Warleta y Juan Sámano se empeñaron en capturar y fusilar a los dirigentes patriotas vallecaucanos. Perecieron en el cadalso José María Cabal, Francisco Cabal Barona y Manuel Santiago Vallecilla [6]. Se encarcelaron a los revolucionarios y se confiscaron sus bienes. Se sometió a la población que apoyó la causa patriota a trabajos forzados en la construcción del camino a Anchicayá. Muchos esclavos de las haciendas huyeron a los montes ante el caos presentado. La tiranía generalizada hizo que por primera vez, el campesinado vallecaucano conformado en su mayoría por los hombres libres o castas, se decidiera a apoyar la lucha republicana. Ellos habían estado al margen de la sociedad colonial como de la guerra promovida por los criollos desde 1810. Un contingente importante de milicias campesinas se formaron alrededor de Caloto, Palmira, Cali y Tuluá, entre otros sitios. Tras la huida del virrey Sámano de Santafé por la derrota de Boyacá, las fuerzas españolas del Valle del Cauca esperaban sus tropas para reforzarse. El 2 de septiembre de 1819, las milicias patriotas al mando de Juan María Álvarez dieron muerte al gobernador de Popayán Pedro Domínguez y a una docena de acompañantes en El Guanábano [7], al lado de Santa Ana perteneciente a Caloto (actual Miranda). Este triunfo impidió que el mandatario realista se encontrara con Sebastián de Calzada que llegaba por Guanacas a Popayán para unir fuerzas y decisiones. Esto produjo que tanto Simón Muñoz como Miguel Rodríguez, jefes realistas situados en el centro y norte del Valle del Cauca, se quedaran aislados de Calzada. El ejército patriota al mando del general Joaquín Ricaurte convocó a las milicias que al mando del corsario Juan Runel y Juan María Álvarez acudieron a la Batalla de San Juanito, celebrada el 28 de septiembre de 1819 en inmediaciones de Buga. Allí vencieron a los realistas comandados por Miguel Rodríguez y Silvestre Delgado [8]. El Valle del Cauca quedaba liberado por sus propios hombres. Nacía la unión de todos los estamentos sociales para fundar la vallecaucanidad. Si la élite vallecaucana puso sus bienes y la vida en procura de la libertad, fueron los mestizos, los mulatos, los libertos y algunos esclavos que acudieron al final a expulsar a los españoles de la comarca. El territorio vallecaucano serviría de base para la campaña posterior de Bolívar y Sucre para liberar el sur del continente.

Notas.
[1] Zuluaga, Francisco (1985), José María Obando, Biblioteca Banco Popular, Bogotá, pp. 38-39.
[2] Arroyo, Santiago (1824), Apuntes históricos sobre la revolución de la Independencia en Popayán, pp. 281-283.
[3] Gazeta Ministerial de Cundinamarca, N° 131, 2 de septiembre de 1813.
[4] Arroyo, op. Cit. pp.287-289. Este autor dice que en Palacé fue el 31 de diciembre.
[5] Espinosa, José María (1876), Memorias de un abanderado, recuerdos de la Patria Boba. 1810-1819, Imprenta El Tradicionista, Bogotá, pp. 66-75 y 112-121.
[6] Restrepo, José Manuel (1827), Historia de la revolución de la república de Colombia, Tomo X, Imprenta de David, París, pp. 152-161.
[7] Gazeta de Santafé de Bogotá N° 7, 26 de septiembre de 1819, pp. 26-27.
[8] Mercado, Clemente, La batalla de San Juanito, Revista El Gráfico, año IX, N°s. 497 y 498, Bogotá, 27 de septiembre de 1919, pp. 374-375.

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