Colombia dice no al secuestro
Reacciones tras la liberación de Lyan Hortúa reflejan el rechazo unánime al secuestro
La liberación de Lyan Hortúa, el niño secuestrado en Jamundí durante 18 días, despertó un firme pronunciamiento por parte de líderes locales y nacionales.
Desde distintos frentes institucionales se celebró su regreso, pero también se exigió justicia y mayor protección para la niñez colombiana.
Celebración por la libertad y rechazo a la violencia
Alejandro Eder, alcalde de Cali, expresó su satisfacción por el regreso del menor y agradeció a las entidades que intervinieron en la operación humanitaria.
Describió el secuestro como un crimen de lesa humanidad que nunca debió ocurrir.
En sus declaraciones, advirtió que los responsables no solo retinen menores, sino que también están detrás de actos violentos en la ciudad.
“El retroceso de Colombia hacia la violencia debe ser detenido”, afirmó el mandatario caleño.
Por su parte, la gobernadora del Valle del Cauca, Dilian Francisca Toro, consideró que el regreso de Lyan Hortúa refleja el clamor colectivo de una región unida por la vida.
Señaló que los niños son sagrados y deben estar alejados del conflicto.
“Nuestros niños no se tocan”, enfatizó.
Desde el gobierno nacional, la vicepresidenta Francia Márquez envió un mensaje de agradecimiento a la Defensoría del Pueblo y reiteró que proteger a la infancia debe ser un compromiso de Estado.
“A los violentos les exigimos respeto por los derechos de los niños”, puntualizó.
Investigación en marcha y llamados al respeto del DIH
El brigadier general Federico Oviedo, comandante de la Policía en la región, confirmó que ya existen órdenes de captura contra presuntos integrantes del Frente Jaime Martínez, disidencia señalada de ejecutar el secuestro.
Indicó que junto a la Fiscalía General de la Nación se avanza en una línea investigativa para judicializar tanto a quienes ordenaron como a quienes llevaron a cabo la retención del menor.
La Defensoría del Pueblo también se pronunció. Iris Marín, su titular, recalcó que la niñez debe estar por fuera de la guerra.
Aseguró que este tipo de hechos violan el derecho internacional humanitario y vulneran de forma grave los derechos fundamentales de los menores.
Además, insistió en que los actores armados deben excluir completamente a los niños de sus estrategias.