Demencia en perros

¿Tu perro se comporta de manera extraña y perdiendo la memoria? Podría ser más que envejecimiento

Foto: Freepik
miércoles 18 de septiembre, 2024

La demencia en perros, conocida como Síndrome de Disfunción Cognitiva Canina, SDCC, es una condición que afecta principalmente a perros de edad avanzada.

Esta enfermedad neurodegenerativa es similar al Alzheimer en humanos y se caracteriza por el deterioro progresivo de las funciones cognitivas del animal.

Al igual que los humanos, los perros pueden sufrir cambios significativos en su comportamiento y habilidades mentales a medida que envejecen, lo que puede dificultar su calidad de vida y la de sus dueños.

Síntomas

Los síntomas más comunes de la demencia en perros incluyen desorientación, cambios en los patrones de sueño, dificultad para interactuar con otros perros o personas y cambios en los hábitos de higiene.

Un perro con demencia puede parecer desorientado en entornos familiares, caminar sin rumbo fijo, olvidar comandos básicos o dejar de reconocer a las personas cercanas.

También es frecuente que se alteren sus horarios de sueño, con episodios de insomnio nocturno o letargo durante el día.

Además, pueden volverse menos sociales, evitando el contacto con sus dueños, y manifestar conductas repetitivas, como caminar en círculos o quedarse mirando fijamente a las paredes.

Otras señales a las que se debe prestar atención incluyen incontinencia, ansiedad, vocalización excesiva o falta de interés en actividades que anteriormente disfrutaban, como jugar o pasear.

En algunos casos, los perros pueden mostrarse más irritables o agresivos, debido a la confusión y el miedo que experimentan por no entender su entorno como antes.

Estos síntomas suelen desarrollarse gradualmente, y es posible que los dueños no los noten al principio o los atribuyan al envejecimiento natural.

Causas

La causa exacta de la demencia en perros no está completamente clara, pero se cree que está relacionada con una combinación de factores genéticos, el envejecimiento cerebral y el estrés oxidativo.

Al igual que en los humanos, el cerebro de los perros tiende a acumular depósitos de proteínas anormales y a sufrir la muerte de neuronas con el paso del tiempo, lo que afecta sus funciones cognitivas.

La predisposición genética también juega un papel importante, ya que algunas razas pueden ser más susceptibles a desarrollar este trastorno que otras.

Sin embargo, la esperanza de vida del perro es un factor determinante; cuanto más largo sea su ciclo de vida, mayor es el riesgo de que aparezca la demencia.

Si se observan síntomas de demencia en un perro, es fundamental acudir al veterinario para una evaluación.

Aunque no existe una cura definitiva para el SDCC, hay varias opciones de tratamiento que pueden ayudar a ralentizar el progreso de la enfermedad y mejorar la calidad de vida del animal.

Los tratamientos incluyen terapias farmacológicas, cambios en la dieta y la implementación de rutinas de estimulación mental y física.

Entre los medicamentos más comunes se encuentran los suplementos antioxidantes, que pueden reducir el daño celular, y ciertos fármacos que ayudan a mejorar la circulación cerebral.

El cambio en la alimentación también juega un papel crucial en el tratamiento de la demencia canina.

Se ha demostrado que una dieta rica en antioxidantes, ácidos grasos omega-3 y ciertos nutrientes como las vitaminas E y C pueden tener efectos neuroprotectores, ayudando a mantener la salud del cerebro.

Además, el establecimiento de rutinas consistentes es clave para reducir la ansiedad y la confusión en los perros con demencia.

Es recomendable mantener horarios fijos para las comidas, paseos y momentos de descanso, y evitar cambios bruscos en el entorno del animal.

Otra estrategia importante es la estimulación mental.

Jugar con el perro, introducir nuevos juguetes o rompecabezas para perros, así como realizar ejercicios de entrenamiento cognitivo, pueden ayudar a mantener su mente activa y evitar el deterioro acelerado.

Los paseos diarios también son fundamentales, ya que no solo promueven la actividad física, sino que proporcionan estimulación sensorial, lo que puede ayudar a reducir los síntomas de la demencia.

*Este artículo fue elaborado por un periodista del Diario Occidente usando herramientas de inteligencia artificial.



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