No se trata solo de cuánta agua tomas

La importancia de la hidratación celular y cómo lograrla, más allá de solo tomar agua

Foto: ChatGPT
jueves 10 de julio, 2025

Mariana Muñoz Serna

¿Tomas agua y aún así te sientes cansado, con la piel seca o con poca energía?

Puede que no te esté faltando agua, sino hidratación celular.

Beber agua es esencial, sí, pero no es suficiente. La verdadera hidratación ocurre cuando esa agua llega a donde de verdad importa: dentro de tus células. Y esto es algo que muchas personas desconocen.

Si alguna vez has sentido que tomas agua todo el día pero sigues con fatiga, dolores de cabeza, digestión lenta o piel opaca… este artículo es para ti.

¿Qué es la hidratación celular y por qué es tan importante?

Cuando hablamos de hidratación celular nos referimos a que el agua llegue a cada célula de tu cuerpo, y no solo que esté circulando por la sangre o que la estés eliminando rápido al orinar.

Tus células necesitan agua para producir energía, eliminar toxinas, regular la temperatura corporal y mantener funciones vitales como la digestión y la concentración mental.

Si tus células no están bien hidratadas, puedes tener todos los síntomas de deshidratación incluso si estás tomando mucha agua.

Entonces, ¿Cómo logramos una verdadera hidratación celular?

1. Agrega una pizca de sal marina o del himalaya al agua (¡sí, sal!)

Una pequeña cantidad de minerales ayuda a que el agua entre mejor a las células. No se trata de sodio refinado, sino de minerales naturales que actúan como electrolitos.

2. Come alimentos con alto contenido de agua

Pepino, apio, sandía, toronja, fresas, calabacín… estos alimentos no solo aportan agua, sino también enzimas, fibra y minerales que ayudan a hidratarte desde dentro.

3. No tomes solo agua pura todo el día

Puedes alternar con infusiones, agua con limón, agua de coco natural o bebidas con electrolitos naturales (sin azúcar añadida). Esto hace que la hidratación sea más efectiva.

4. Cuida tus niveles de estrés y sueño

El estrés crónico y la falta de sueño pueden afectar tu balance de agua y electrolitos, haciendo que retengas líquidos o te deshidrates más fácilmente.

5. Muévete

El movimiento ayuda a que el agua llegue mejor a los tejidos. Caminar, estirarte o hacer ejercicio suave favorece la circulación y la oxigenación celular.

No se trata solo de cuánta agua tomas, sino de cómo la usas

Hidratarte bien puede transformar cómo te sientes: más energía, piel más sana, mejor digestión, menos antojos, mejor concentración, y hasta mejor ánimo.

La próxima vez que pienses que estás “tomando suficiente agua pero igual te sientes apagada”, revisa cómo estás hidratando a tus células, no solo tu vaso.

Pequeños cambios como añadir minerales, moverte más y comer alimentos hidratantes pueden marcar la diferencia.

Tu cuerpo es 70% agua… pero lo importante es que esa agua esté en el lugar correcto.


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