Día de la Madre

Revisar tus niveles de hierro, un acto de amor para ti y tu bebé

Foto: Archivo particular
lunes 12 de mayo, 2025

En el marco del Día de la Madre, expertos en salud materna advierten sobre una condición silenciosa pero frecuente: la deficiencia de hierro, un problema que puede afectar seriamente el bienestar de las mujeres y el desarrollo saludable del bebé durante el embarazo.

Una encuesta realizada en Colombia, Argentina, México y Chile, a mujeres entre 18 y 48 años, y conducida CSL Vifor, reveló que el 80% no está completamente familiarizada con las implicaciones del déficit de hierro.

Aunque 8 de cada 10 reconocen la anemia como una de sus consecuencias, pocos comprenden su impacto en la productividad, la energía y el embarazo.

Poco se habla, pero muchas lo padecen

El hierro es esencial para producir energía y mantener el cuerpo funcionando correctamente.

Su déficit puede generar fatiga crónica, debilidad y bajo rendimiento.

Sin embargo, menos del 30% de las encuestadas conoce la prueba de ferritina, que mide las reservas de hierro en el cuerpo y es recomendada por la OMS para detectar deficiencias a tiempo.

Durante el embarazo, la necesidad de hierro se dispara.

Estudios citados por el médico ginecoobstetra Alejandro Rodríguez muestran que la deficiencia afecta al 5,3% de las embarazadas en el primer trimestre, pero sube a 12,7% en el segundo y a 27,5% en el tercero.

“El hierro es vital para el desarrollo del feto, sobre todo del sistema nervioso. Iniciar el embarazo con reservas bajas puede afectar tanto a la madre como al bebé”, explica Rodríguez.

Hablar del hierro debe ser rutina médica

La encuesta indica que el embarazo aumenta la conciencia sobre el tema: 7 de cada 10 mujeres en esta etapa consultaron por síntomas relacionados con el hierro, y el 72% recibió orientación médica.

Sin embargo, fuera del contexto materno, menos de la mitad busca ayuda o información.

Recomendaciones clave para futuras mamás

El Dr. Rodríguez recomienda:

Verificar los niveles de hierro antes de quedar embarazada.

Corregir cualquier deficiencia previamente, con dieta o suplementación médica.

Mantener el seguimiento durante el embarazo, posparto y lactancia.

Controlar el hierro no es solo una medida médica: es un acto de amor.

Reconocer síntomas, consultar al médico y realizar pruebas como la de ferritina puede marcar una diferencia duradera para ti y tu hijo.


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