Su dispositivo puede exponerse a ciberdelincuentes
¿Es seguro conectarse a WiFi público? Descubra lo que implica
Conectarse a internet en cafeterías, aeropuertos o plazas parece una solución práctica, pero surge la pregunta clave: ¿es seguro conectarse a WiFi público? La realidad es que hacerlo puede exponer datos personales, bancarios y corporativos a ciberataques, por lo que conviene conocer los riesgos y medidas de protección.
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Riesgos de conectarse a WiFi público
El principal problema de las redes públicas es que suelen carecer de cifrado. Según un estudio de Kaspersky, más del 25% de los puntos WiFi en el mundo no cuentan con protocolos de seguridad básicos, lo que los convierte en objetivos fáciles para delincuentes.
Además, los usuarios desconocen quién administra la red ni qué medidas implementa.
De acuerdo con la Agencia de Seguridad Cibernética y de Infraestructura de Estados Unidos (CISA), conectarse sin precauciones a estas redes puede derivar en robo de credenciales, acceso a cuentas bancarias y filtración de documentos privados.
¿Cuáles son los tipos de ataques en redes abiertas?
Los ciberdelincuentes aprovechan redes WiFi públicas para lanzar diversos ataques:
Ataques Man-in-the-Middle (MitM)
El atacante se interpone entre el usuario y el servidor, capturando información transmitida, como contraseñas o números de tarjeta.
Redes falsas o “Evil Twin”
Se crean puntos de acceso con nombres similares a los oficiales, engañando a los usuarios para conectarse.
Malware y ransomware
Al navegar en páginas o descargar archivos en estas redes, los equipos quedan expuestos a programas maliciosos.
Seguimiento de actividad
La falta de cifrado facilita el monitoreo de la navegación y la recopilación de hábitos digitales.
El Centro Europeo de Ciberseguridad ha advertido que estos ataques se incrementan en espacios como aeropuertos y terminales de transporte, donde la alta afluencia facilita operaciones ilícitas.
Cómo protegerse al usar WiFi público
Aunque los riesgos existen, hay medidas que permiten reducir la exposición:
Usar una VPN (Red Privada Virtual): cifra la información transmitida, dificultando la intervención de atacantes.
Navegar en sitios HTTPS: garantiza que la conexión tenga un nivel básico de seguridad.
Desactivar conexiones automáticas: evita que el dispositivo se conecte sin autorización a redes abiertas.
No realizar operaciones bancarias ni compras: estas acciones implican compartir información sensible que podría ser interceptada.
Actualizar software y antivirus: mantener los dispositivos protegidos reduce la vulnerabilidad frente a malware.
Compartir datos móviles como alternativa: cuando sea posible, es más seguro utilizar el plan de datos propio que arriesgarse en una red pública.
Según Symantec, el 87% de los usuarios ha usado alguna vez WiFi público para operaciones bancarias, lo que incrementa la exposición a ataques.
Es por lo anterior que las autoridades recomiendan asumir que cualquier red abierta es potencialmente riesgosa.
La conveniencia de las redes públicas no compensa los riesgos de seguridad que conllevan. Si bien pueden ser útiles en emergencias, lo más responsable es usarlas con precauciones estrictas. La protección de la información personal depende en gran medida de las decisiones que cada usuario adopte frente a estas conexiones.
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