Factores económicos y culturales en juego
Baja natalidad y auge de mascotas: ¿está cambiando el concepto de familia?
La tasa de natalidad disminuyó a nivel mundial, marcando una transformación en la estructura social y familiar.
Mientras tanto, el número de hogares con mascotas sigue en aumento, lo que plantea una pregunta clave: ¿está cambiando el concepto de familia?
Según el Fondo de Población de las Naciones Unidas, UNFPA, la tasa global de fecundidad se redujo de un promedio de 5 hijos por mujer en 1950 a 2,3 en 2021.
En países como España, Japón o Corea del Sur, las cifras son aún más bajas, lo que genera preocupación por el envejecimiento de la población y la sostenibilidad económica a largo plazo.
De hijos a mascotas: un cambio de prioridades
Varios factores explican por qué cada vez más personas eligen tener mascotas en lugar de hijos.
Uno de los principales es el costo de vida.
Criar a un niño implica gastos en educación, salud, vivienda y alimentación, lo que puede representar una carga económica significativa, especialmente en contextos de incertidumbre financiera.
En contraste, aunque las mascotas también requieren cuidados, su mantenimiento suele ser más asequible.
Además, la vida laboral juega un papel importante.
Las largas jornadas de trabajo y la falta de políticas de conciliación familiar dificultan la crianza de hijos, mientras que las mascotas ofrecen compañía sin alterar tanto la rutina diaria.
Esto se refleja en un aumento en la adopción de perros y gatos, considerados cada vez más como miembros de la familia.
Otro factor clave es el cambio en las aspiraciones personales.
Muchas personas priorizan el desarrollo profesional, los viajes y la independencia, y ven la crianza de hijos como una responsabilidad que limita estas opciones.
En este contexto, las mascotas brindan afecto y compañía sin la presión de una crianza a largo plazo.
Consecuencias y estrategias para revertir la baja natalidad
La disminución de la natalidad no es solo un tema demográfico, sino también económico.
Con menos nacimientos, las poblaciones envejecen y se reduce la cantidad de personas en edad productiva, lo que puede generar problemas en los sistemas de pensiones y de salud.
Países como Japón ya enfrentan este desafío, con más jubilados que trabajadores activos, lo que pone en riesgo la sostenibilidad del país.
Para contrarrestar esta tendencia, algunos gobiernos implementan políticas de apoyo a la natalidad.
Francia, por ejemplo, ofrece subsidios y beneficios fiscales a las familias con hijos, mientras que en países nórdicos existen amplias licencias parentales y servicios de guardería accesibles.
Corea del Sur, con una de las tasas de natalidad más bajas del mundo, lanzó incentivos financieros y campañas para promover la maternidad.
Sin embargo, la solución no solo pasa por incentivos económicos.
También es necesario un cambio en la cultura laboral, con mayor flexibilidad para que las personas puedan combinar su carrera profesional con la vida familiar.
Además, mejorar el acceso a la vivienda y garantizar estabilidad económica son factores clave para que más personas consideren tener hijos.
Este artículo fue elaborado por un periodista del Diario Occidente usando herramientas de inteligencia artificial.