Preocupa salud de niñas y adolescentes
“La ‘dieta de las princesas Disney’, un reto viral en TikTok usa que promueve la anorexia y la bulimia
En los últimos meses, una nueva tendencia viral en TikTok ha encendido las alarmas entre expertos en salud y nutrición: la llamada Dieta de las princesas Disney.
A simple vista, parece un juego inocente inspirado en personajes infantiles, pero en realidad contiene mensajes peligrosos que incitan a reducir drásticamente la alimentación — y con ello, ponen en serio riesgo la salud de niñas y adolescentes.
¿En qué consiste este reto?
Con solo escribir “dieta princesas” o “comer como la Bella durmiente” en TikTok, el algoritmo comienza a mostrar videos con estética de cuento de hadas: colores pastel, música suave, personajes animados.
Cada día del reto tiene el nombre de una princesa y propone reglas extremas como: comer solo manzanas (día “Blancanieves”), sustituir todas las comidas por té (día “Bella”), ingerir únicamente alimentos crudos (día “Pocahontas”) o dejar de comer desde el mediodía y mantener la ingesta por debajo de 550 calorías (día “Cenicienta”).
Aunque el formato busca verse lúdico e inofensivo, nutricionistas y psicólogos advierten que estas dietas restringen gravemente calorías y nutrientes esenciales —muy por debajo de lo que un adolescente necesita— y funcionarían como una versión «disfrazada» de los antiguos foros “pro Ana” y “pro Mía” que promovían anorexia y bulimia.
¿Por qué es tan peligroso?
Los efectos en el cuerpo pueden ser inmediatos: mareos, fatiga, debilidad, irritabilidad, dificultad para concentrarse, problemas digestivos, pérdida de masa muscular, caída del cabello, uñas quebradizas, piel opaca.
A mediano y largo plazo, el daño puede ser irreversible: riesgos de desnutrición crónica, alteraciones hormonales, retraso en el crecimiento, trastornos de la conducta alimentaria como la anorexia o bulimia, problemas psicológicos, baja autoestima, aislamiento e incluso depresión.
¿Por qué el algoritmo favorece este fenómeno?
Parte del éxito de esta dieta viral radica en cómo usa el diseño emocional: estética tierna, personajes infantiles, voz suave y filtros de fantasía — una mezcla que resulta atractiva para niñas y adolescentes.
El reto apela a ideales de “perfección” y “ternura”, disfrazando comportamientos peligrosos como autovigilancia del cuerpo, restricción extrema y rechazo a alimentos.
Expertos denuncian que muchas veces no hace falta buscar ese contenido: el algoritmo lo entrega automáticamente tras búsquedas inocentes.
Además, tras la presión social y los filtros de las plataformas, quienes promueven estas dietas utilizan códigos, referencias a la cultura pop y nombres supuestamente inofensivos para evadir moderación.
Así, lo que antes era abierto y explícito (“foros pro Ana/Mía”) ahora vuelve con disfraz de reto juvenil.
La voz de los expertos: advertencia real
En España, el Consejo General de Enfermería (CGE) ha emitido una advertencia formal: esta tendencia viral es “una de las prácticas más peligrosas” que circulan en internet.
Señalan que las dietas propuestas no superan las 600 kilocalorías diarias — muy por debajo de las 2.050 recomendadas para adolescentes.
Los especialistas recalcan que no se trata solo de un problema de alimentación, sino de
salud integral: lo que está en juego es el desarrollo físico, emocional y psicológico de niñas y adolescentes, con consecuencias que pueden acompañar a quienes las siguen durante toda su vida.
¿Qué se puede hacer desde casa?
- Estar alerta: los padres y cuidadores deben conocer estas tendencias y revisar lo
que niñas y adolescentes consumen en redes sociales. - Conversar sin juzgar: si una joven expresa inseguridad sobre su cuerpo, inseguridad o deseos de “adelgazar rápido”, es clave escucharla, dialogar y asesorarla de forma empática.
- Promover hábitos de alimentación balanceada y respeto por la diversidad corporal. Educar desde el valor de la salud, no desde ideales estéticos.
- Acudir a profesionales en salud —nutricionistas, psicólogos, pediatras— ante señales de restricción alimentaria, baja autoestima, aislamiento o preocupación obsesiva por el cuerpo.