Gladys Zamudio Tobar, tres décadas de poética y docencia

Sin espinas en el cuerpo

martes 19 de agosto, 2025

Luis Ángel Muñoz Zúñiga
Especial Diario Occidente

Gladys Zamudio Tobar, la actual directora del Centro del Lenguaje en la Institución Universitaria de las Culturas y las Artes Populares, es una poeta de ancestros cundiboyacenses y caleños, que recientemente presentó en FILBO su libro de poemas “Sin espinas en el cuerpo”, editorial USC.

Ella, muy amable, atendió esta entrevista para Diario Occidente y habló de su vocación, su experiencia docente e inspiración para sus versos.

Cursó bachillerato en el Colegio Americano, donde en clases de español conoció “La carta al padre” de Franz Kafka, texto que la motivó a escribir ensayos de resiliencia.

Gladys Zamudio es Licenciada en Literatura e Idiomas de la Universidad Santiago de Cali, con Especialización en Desarrollo Intelectual y Educación de la Fundación Alberto Merani. Titulada en Maestría en Lingüística y Español de la Universidad del Valle.

Fue docente del Plan de Nivelación Universitaria en esa misma Alma Máter y, durante tres décadas, dictó lingüística, semiótica y escritura creativa en el Plan de Comunicación y Publicidad de La Universidad Santiago de Cali, centro académico donde también lideró el Grupo de Investigación en Ciencias del Lenguaje.

¿Vocaciones poética y docente?

Mi vocación poética apareció cuando hacía bachillerato. Elizabeth Arango, mi profesora de lenguaje, elogió un poema mío en público. Lo había escrito motivada por unos versos de Francisco de Quevedo.

Desde esa vez seguí escribiendo como catarsis, narré cuentos trágicos y concebí poemas.

¿Hubo más influencias?

Sí. En la Universidad varios profesores me enseñaron estrategias para escribir poesía y relatos: Alfonso Martán, Édgar Ruales, Flavio Peña, Libardo Ruiz y Alejandro Ulloa.

El poeta Aníbal Arias, entonces bibliotecario en la Universidad Santiago de Cali, además de facilitarme libros, sostuvo conmigo muchas horas de conversación sobre lo que leíamos.

Mis primeros poemas los firmé con el seudónimo de Calavescri (la calavera de la escritora), clandestinamente los pegaba en las paredes.

Asistía a tertulias en Los Turcos, donde escuché disertaciones de: Antonio Zibara, Horacio Benavides, Medardo Arias, entre otros. Entonces llegaba a mi casa a escribir. Recibí talleres de Harold Kremer.

También me influyeron los autores de mi preferencia: William Ospina, Alfredo Molano, Héctor Abad Faciolince. A mis 19 años descubrí la belleza poética de Charles Baudelaire, Pablo Neruda, Alejandra Pizarnik, Alfonsina Storni y Mercedes Carranza, entre otros.

¿Literatura en jóvenes?

Los jóvenes leen y escriben estereotipos en su piel, pintándose tatuajes y haciendo modificaciones en el uso de vestuarios y accesorios imponentes.

Ellos leen en pantallas, generando sus narrativas digitales, también recurren a la inteligencia artificial, desde luego, privándose de sus propias operaciones intelectuales y decisiones de vida.

Por eso, será necesario que la escuela empiece por propiciarles la apertura de sus mentes, permitiendo que afloren las palabras y las nuevas escrituras, los textos multimodales, las construcciones donde confluyan sistemas de expresión: la imagen, el movimiento, la música, los planos, la proxemia, la kinesis, la paralingüística, la gestualidad, el vestuario, entre otros.

¿Importancia del Centro de Lenguaje?

El Centro de Lenguaje y Diversidad Runasimi, apoya y contribuye con la lectura, la escritura y la oralidad.

Así, la Institución Universitaria de Las Culturas y las Artes Populares, asume responsabilidad sociocultural con la ciudad, el departamento y el país. Preservará las culturas populares y tradicionales.

Asesora la producción y publicación de textos literarios. Realiza conversatorios en inglés, desde el programa Bilinguarte, bilingüismo a través del arte.

Promueve el aprendizaje de lenguas originarias, como el Nasa Yuwe. En el eje de interculturalidad, está estructurando el Encuentro de Escritura de Pacífico Colombiano.

El Centro de Lenguaje y Diversidad está centrado en el paradigma de la pedagogía crítica y popular, que respete distintas maneras de construir el conocimiento y donde las artes sean el medio para expresarlo.

¿Qué contiene ”Sin espinas en el cuerpo”?

“Sin espinas en el cuerpo” es una compilación poética inspirada en el malestar de la cultura, de la sociedad y en mi impotencia para resolver problemas humanos ingobernables.

Las espinas penetran y hacen doler el cuerpo. Pero logro evitarlas cuando las convierto en poemas. Esto me hace más flexible sin temor a lastimarme con problemas ajenos.

Además es una poética que lleva a reflexionar, a mirarnos en el espejo y decir todo lo que está pendiente de sanarnos paulatinamente.

En cuanto a la técnica, se trata de poesía de verso libre, que procura no conservar las rimas porque debilitan la fuerza del grito y la voz espontánea.

Algunas parecen historias detonantes en pocos versos, que esparcen emociones y sensaciones con imágenes, colores y movimientos, algunos de huida y otros de enfrentamiento a las maquinarias que deterioran la naturaleza y la esencia humana.

¿Inspiración particular?

Mi poesía fue producto de mi catarsis tras parir mellizos. Hace preguntas a gritos, desespero, críticas sociales, ante mi rol de ser madre de Daniel e Isabella.

Sus llantos me hicieron depositar las neurosis en el papel, día tras día. Tenía mucho miedo. Las dudas se posesionaban en mi frente y me nublaban el pensamiento, hasta colocarme al borde del abismo.

Lo único que me salvó fue la escritura, nuevamente los poemas explotaban a diario y garantizaron que no cometiera ningún atropello a la vida de los pequeños inocentes.

Gracias a esos hermosos críos y a su padre, quien recogía del suelo los poemas de cada día, a veces descompuesto pero con los ojos de un buen lector, un día me propuso que los diera a conocer.

Entonces me inscribió en el Encuentro de Mujeres Poetas Colombianas (Roldanillo 1997). Este poemario se denominó “Neurosis”.

El proceso de ser madre no terminó, tuve poesía para buen rato, fui comprendiendo y sanando mediante la escritura.

¿Encuentros poéticos?

En 1998, me presenté nuevamente con la obra “Catarsis”. Fue todo un proceso de transformación paulatina, de crecimiento al lado de mis hijos y de una sociedad que sólo quería que las madres profiriéramos frases bonitas y tiernas de nuestro rol, al estilo Jhonson & Jhonson. Pero para mí era imposible callar.

Hoy agradezco a la vida esos dos seres humanos, que hoy tienen 30 años, Dany e Isa, y que me dieron pistas para seguir este camino.

Entonces continué escribiendo y he participado en concursos universitarios, obtenido varios reconocimientos y me han publicado en compilaciones.

“Sin espinas en el cuerpo”, es mi primer libro de poemas con autoría y publicación únicas, con el sello editorial de la Universidad Santiago de Cali, lo lancé en la Feria Internacional del Libro de Bogotá FILBO.


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