El caleño que llevó la esgrima colombiana a lo más alto del podio suramericano

Isaac Camayo es el nuevo campeón suramericano mayores de florete

Foto: Oficina de prensa
martes 16 de septiembre, 2025

El himno nacional de Colombia retumbó con fuerza en Medellín el 10 de septiembre de 2025. Ocho países competían en el Campeonato Sudamericano Sub-23 y Mayores de Esgrima, pero fue un vallecaucano, nacido en Cali y formado en la Liga Vallecaucana de Esgrima, quien terminó conquistando el oro en la categoría de mayores: Isaac Camayo Guerrero, nuevo campeón suramericano de florete.

Una jornada de concentración y confianza

El camino hacia el título no fue sencillo. En la fase de pools, Camayo dejó claro que estaba dispuesto a todo: registró un indicador de +11 entre los toques dados y recibidos, con cuatro victorias y solo dos derrotas.

Desde ese momento, su temple y serenidad lo perfilaron como uno de los rivales más sólidos del certamen.

En la ronda de eliminación directa, cada combate fue un paso más hacia la gloria. En el cuadro de 32 derrotó al venezolano Ángel Martínez con un contundente 15-7.

Luego, en octavos de final, superó al brasileño Pedro Marostega con un marcador de 15-11. Ya en cuartos, se impuso al chileno David Alarcón con un categórico 15-5, mostrando una técnica impecable y una lectura precisa de los tiempos.

La semifinal fue un duelo especial: enfrentó a su propio compañero de equipo y campeón sub-23, Alejandro Bolaños.

Fue un combate intenso, cargado de emoción y nerviosismo, que se definió por la mínima diferencia: 15-14. La victoria no solo lo clasificó a la final, sino que demostró la fortaleza de la escuela colombiana de esgrima, capaz de tener a dos de sus atletas en el top regional.

El último obstáculo fue el argentino Andrea Nigosanti. En un asalto vibrante, Camayo supo mantener la calma y cerró con un marcador de 15-12 que lo coronó campeón suramericano.

“Si lo visualizas, lo haces posible”

Con la medalla de oro colgando en su cuello y la bandera tricolor flameando, Isaac Camayo resumió su triunfo en una frase que es también su filosofía de vida: “Para mi proceso deportivo, el nivel de concentración y confianza en lo que puedo hacer es muy importante. También contar con el apoyo de mi entrenador, la Liga Vallecaucana de Esgrima y la Federación Colombiana de Esgrima para seguirle aportando a Colombia. Si lo visualizas, lo haces posible”.

Su testimonio revela la mezcla de disciplina, mentalidad y respaldo institucional que lo llevaron a escribir una página dorada para el deporte colombiano.

El poder de una escuela que crece

El triunfo de Camayo no es un hecho aislado. Colombia suma ya ocho medallas de oro en el torneo, superando a Brasil, su más cercano perseguidor.

La presencia de atletas como Alejandro Bolaños y la solidez del equipo nacional ratifican que la esgrima en el país vive un momento de expansión y consolidación.

El Valle del Cauca, en particular, se ha convertido en semillero de talentos. Desde Cali y su liga departamental han emergido figuras que no solo destacan en el ámbito nacional, sino que empiezan a brillar en escenarios internacionales.

El éxito de Camayo es un reflejo de este proceso sostenido de formación, que combina el talento natural con metodologías modernas y una visión de largo plazo.

El oro de Isaac Camayo es también un mensaje colectivo: la esgrima colombiana tiene futuro y está lista para competir de tú a tú con potencias tradicionales de la región.

Este triunfo no solo posiciona al atleta como referente, sino que inspira a nuevas generaciones de jóvenes que sueñan con blandir un florete y escuchar el himno de su país en escenarios internacionales.

En una disciplina que exige rapidez, inteligencia y estrategia, Camayo representa la combinación perfecta de técnica y resiliencia.

Cada toque logrado en Medellín fue una afirmación de su madurez competitiva, pero también de su capacidad para adaptarse y superar la presión de los grandes escenarios.

Proyección hacia nuevos retos

La victoria en el Campeonato Sudamericano abre un abanico de posibilidades para el caleño. Los Panamericanos y el ciclo olímpico se vislumbran como próximos escenarios donde podría extender su legado.

Colombia, que ya cuenta con una tradición creciente en esgrima, tiene en Isaac un abanderado que puede llevar al país a nuevas conquistas deportivas.

Más allá de las cifras y los marcadores, su triunfo es una historia de inspiración: la de un joven que, a base de esfuerzo y disciplina, transformó un sueño en realidad y convirtió su pasión en un logro histórico para el deporte nacional.

La esgrima, una disciplina que crece en Colombia

Aunque el fútbol y el ciclismo suelen acaparar la atención mediática en Colombia, la esgrima empieza a reclamar un espacio gracias a victorias como esta.

El deporte de las armas blancas no solo desarrolla habilidades físicas, sino también valores de disciplina, respeto y autocontrol. En las manos de atletas como Camayo, se convierte en una bandera de orgullo para el país.

La imagen del caleño levantando su florete en señal de triunfo es, al mismo tiempo, la fotografía de un futuro prometedor.

El oro sudamericano no es un punto de llegada, sino un punto de partida para un proceso que promete más medallas, más historias y más motivos para creer en el talento deportivo colombiano.


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