Lo que no siempre se ve detrás del aumento de peso
Por qué algunas personas suben de peso solo con mirar comida (y qué hacer)
¿Alguna vez has sentido que mientras otros comen de todo sin engordar, tú aumentas de peso con solo mirar un pastel o una hamburguesa? Aunque suene exagerado, muchas personas enfrentan esta sensación de frustración constante, y no es solo una percepción: la ciencia tiene respuestas para este fenómeno.
La verdad detrás del “subo de peso con solo mirar la comida”
No, mirar comida no te hará engordar literalmente. Pero hay varios factores físicos y emocionales que sí pueden hacerte más propenso/a al aumento de peso incluso con un consumo moderado de alimentos.
1. Genética y metabolismo lento
Algunas personas nacen con un metabolismo más lento, lo que significa que queman menos calorías en reposo.
Además, ciertos genes influyen en la forma en la que el cuerpo almacena grasa, regula el apetito o responde a diferentes tipos de alimentos.
2. Resistencia a la insulina
Este es un problema común en personas con sobrepeso o con predisposición genética.
Cuando el cuerpo no responde bien a la insulina, tiende a almacenar más grasa, sobre todo en el abdomen, aunque la ingesta calórica no sea excesiva.
3. Cortisol y estrés
El estrés crónico eleva los niveles de cortisol, una hormona que aumenta el apetito y promueve la acumulación de grasa abdominal.
Incluso sin comer más, el cuerpo puede interpretar el estrés como una señal de “guardar energía”.
4. Mala calidad del sueño
Dormir poco altera la producción de dos hormonas clave: la leptina (que indica saciedad) y la grelina (que estimula el hambre).
Esto puede hacerte comer más de lo necesario sin darte cuenta.
5. Problemas hormonales o tiroideos
Condiciones como el hipotiroidismo o el síndrome de ovario poliquístico (SOP) dificultan la pérdida de peso y favorecen su aumento, incluso con dietas controladas.
¿Qué puedes hacer si te pasa esto?
1. Consulta médica y exámenes hormonales
Antes de asumir que “tu cuerpo está en tu contra”, es fundamental descartar problemas de salud.
Un endocrinólogo puede ayudarte a entender si hay causas hormonales detrás del aumento de peso.
2. Haz las paces con tu metabolismo
Cada cuerpo es distinto. Evita compararte con quienes comen más sin subir de peso.
En lugar de eso, enfócate en una alimentación balanceada, rica en fibra, proteínas y grasas saludables, adaptada a tus necesidades reales.
3. Muévete con frecuencia
No necesitas hacer rutinas extremas. Caminar, hacer yoga o bailar 30 minutos al día puede acelerar el metabolismo y ayudarte a sentirte mejor física y emocionalmente.
4. Cuida tu mente tanto como tu cuerpo
El estrés, la ansiedad y la presión social por “bajar de peso rápido” también pueden generar un círculo vicioso de culpa y descontrol.
Considera la terapia emocional o técnicas de meditación para mejorar tu relación con la comida.
5. Come consciente
Evita las dietas extremas o las restricciones que solo aumentan la ansiedad.
Aprende a comer con atención plena: escucha a tu cuerpo, reconoce cuándo tienes hambre real y cuándo solo estás respondiendo a un impulso emocional.
Subir de peso “con solo mirar comida” no es un mito, sino una forma de expresar una realidad compleja: el cuerpo no siempre responde igual en todas las personas.
Genética, hormonas, emociones y estilo de vida se entrelazan para influir en tu peso.
Lo importante no es luchar contra tu cuerpo, sino entenderlo, cuidarlo y actuar desde el conocimiento y la compasión.
*Este artículo fue elaborado por un periodista del Diario Occidente usando herramientas de inteligencia artificial.