Refuerza controles y expulsa organización
Banco de Alimentos Cali sanciona la venta de donaciones realizadas a comedor comunitario en el barrio Mariano Ramos
El Banco de Alimentos Cali, BAC, tomó medidas contundentes tras descubrir una irregularidad grave en una de las organizaciones sociales beneficiarias de su programa.
La investigación, que se llevó a cabo durante varias semanas, confirmó que un comedor comunitario ubicado en el barrio Mariano Ramos comercializaba los alimentos donados, destinados a atender a la población vulnerable.
Esta situación fue detectada tras denuncias de ciudadanos, lo que llevó al Banco de Alimentos Cali a iniciar un seguimiento detallado.
Los hallazgos revelaron que algunos colaboradores del comedor ofrecían presuntamente los productos a través de redes sociales y concretaban la venta en una vivienda del sector.
En el lugar, los responsables almacenaban los alimentos y hasta pegaban letreros en la fachada para captar la atención de los transeúntes.
El presbítero Joaquín Alberto Gómez, director del Banco de Alimentos Cali, expresó su rechazo frente a estos actos y recordó la importancia de la honestidad en la gestión social.
“La transparencia debe ser el eje del trabajo de los líderes. Estas acciones perjudican a quienes más lo necesitan, como los niños y los abuelos, quienes confían en que esta ayuda llegará a sus mesas”, afirmó.
La decisión: una sanción ejemplar
Tras confirmar la infracción, el BAC tomó la decisión irrevocable de expulsar a la organización de su programa de beneficiarios.
Desde su ingreso, esta organización había firmado un compromiso en el que se establecía la prohibición de comercializar las donaciones recibidas.
La medida busca enviar un mensaje claro a todas las organizaciones apoyadas: el mal uso de los recursos no será tolerado.
El director del BAC también destacó el esfuerzo y sacrificio de empresas, empresarios y personas naturales que confían en el Banco para canalizar sus donaciones.
“Cuidar estas contribuciones es fundamental, no solo para mantener la confianza de los donantes, sino también para garantizar que la ayuda llegue a las comunidades más vulnerables. La comida es sagrada y debe ser custodiada con el mayor respeto”, señaló Gómez.
El BAC continuará fortaleciendo sus procesos de supervisión y seguimiento para prevenir situaciones similares en el futuro.
Esta decisión se toma con la firme intención de proteger a las empresas y personas que aportan generosamente y, sobre todo, de asegurar que las donaciones cumplan con su propósito de brindar alivio a quienes más lo necesitan.
Compromiso con la transparencia y la justicia social
El caso refleja la importancia de la supervisión en los programas de ayuda social.
Aunque la mayoría de las organizaciones beneficiarias cumple con los acuerdos establecidos, este tipo de incidentes resalta la necesidad de redoblar los esfuerzos en garantizar la transparencia.
“La Palabra de Dios nos recuerda que no hay nada oculto que no llegue a descubrirse. Desde el Banco de Alimentos Cali seguiremos atentos a cualquier irregularidad y actuaremos con firmeza para preservar la confianza de quienes apoyan nuestra labor”, agregó Gómez.