Los primeros pobladores llegaron hace 10 mil años

Cali, una historia con mucho más de 485 años

viernes 23 de julio, 2021

Aunque el 25 de julio se conmemoran 485 años de la fundación de Santiago de Cali, la historia del territorio que hoy ocupa la ciudad se remonta por lo menos diez milenios antes de la llegada de los conquistadores españoles al valle geográfico del río Cauca.

Para explicar el origen de los primeros pobladores de esta región, el abogado e historiador Javier Tafur González, miembro de la Academia de Historia del Valle del Cauca, se traslada 20 mil años atrás, cuando los humanos procedentes de Asia oriental cruzaron el estrecho de Bering y entraron a América por Alaska; a partir de entonces comenzó la población de este continente, que fue avanzando poco a poco de norte a sur, en un proceso que tomó miles de años. En el caso de los terrenos sobre los que hoy se levanta Cali, los primeros pobladores llegaron hace unos 10 mil años, y fue a partir de su evolución que se conformaron las comunidades indígenas que poblaban esta región al momento de la conquista.

Se cree que los pobladores de Suramérica llegaron desde Centroamérica y hay diferentes tesis que hablan tanto del ingreso por el Pacífico como por el Caribe. Agrega el historiador Tafur que “en el caso de los que entraron por el Perú, se dice que llegaron hasta el río La Vieja”, donde hoy está Cartago.

Según las investigaciones antropológicas, hacia el año 1.500 a.C. en la región ya existían aldeas construidas en claros abiertos en medio de la vegetación.

¿Cómo vivían?

Para explicar la historia prehispánica de Cali, Javier Tafur se apoya en una gran colección bibliográfica que contiene investigaciones antropológicas que abordan cómo eran los pobladores del valle geográfico del río Cauca, a qué se dedicaban, cómo vivían y cómo estaban organizados. Uno de esos libros es Valle del Cauca, procesos históricos, dirigido por Doris Eder de Zambrano y escrito por un equipo de historiadores de la Universidad del Valle: Francisco Uriel Zuluaga, Eduardo Mejía, Rosángela Valencia y Alexander Arias. Esta publicación detalla cómo era la vida en la región antes de la conquista:

“La mayoría de los arqueólogos están de acuerdo en que, al momento de la llegada de los españoles, en lo que hoy corresponde al espacio ocupado por el Departamento del Valle, existieron comunidades indígenas que es posible agrupar en cinco “provincias” que aluden a espacios donde se presentaba cierta unidad territorial, afinidad lingüística y una organización social ligada a los linajes que sustentaban la distribución del poder en la modalidad de cacicazgos: provincias de Cali, Alto Chocó, Gorrones, Buga y Quimbaya”.

En el caso de la provincia de Cali, se detalla en este libro que “los cacicazgos más nombrados en los documentos son: Guales, Xamundí, Bichicama, Amayme, Vixes, Mulahaló, Ilama, Yotoco, Bitaco, Dagua, Lile, Petecuy, Chinche, Papagayeros, Bolo, Palo, Pance y Calima”.

En los 10 mil años transcurridos desde la llegada de los primeros pobladores hasta el siglo XVI, cuando se produjo la conquista, los habitantes del valle geográfico del río Cauca pasaron de ser cazadores y recolectores hasta producir utensilios, trabajar el oro y ser cultivadores.

Los gorrones

Cuenta el historiador Javier Tafur que las investigaciones han demostrado que los antiguos habitantes de Cali no tenían un sistema social muy complejo, vivían en pequeñas aldeas, dispersos en grupos de tres o cuatro familias, “había tres bohíos y una casa principal”, eran pescadores, recolectores y tenían una agricultura incipiente; cultivaban, entre otros, maíz, arracacha, yuca, fríjol, guanábana y chirimoya.

Los gorrones, como eran conocidos los habitantes prehispánicos de esta zona, deben su nombre a un pescado. En el libro Parte primera de la Crónica del Perú, escrito por el cronista español Pedro Cieza de León, publicado en 1553, se explica este detalle: “…llaman a estos indios gorrones, porque cuando poblaron en el valle la ciudad de Cali nombraban al pescado gorron, y venían cargados dél, diciendo: «Gorron, gorron», por lo cual, no sabiéndoles nombre propio, llamáronles, por su pescado gorrones”.

Aunque la lengua de los gorrones desapareció junto con ellos, muchas palabras comunes hoy en la región, como los nombres de algunas poblaciones, son de origen gorrón, como, por ejemplo, Dapa, Jamundí, Buga, Yumbo y Caloto. Para el historiador Javier Tafur es claro que “Cali” es un nombre gorrón al que los españoles antepusieron “Santiago” porque la fundación de la aldea que dio origen a la ciudad actual ocurrió el día de este apostol; sin embargo, si bien la mayoría de las investigaciones apuntan a que “Caly” era el nombre que se le daba a la región en idioma paez, hay una teoría que considera que la palabra podría ser de origen azteca (“calli”, que quiere decir casa), debido a unos indígenas mexicanos al servicio de los conquistadores.

Catástrofe demográfica

Aunque a la llegada de los españoles había al menos 63 grupos étnicos asentados en esta región, no estaban coordinados entre ellos, aspecto reseñado también en el libro Valle del Cauca, procesos históricos:

“En el momento inmediatamente anterior a la conquista española, los grupos existentes no tenían relaciones o alianzas de tipo político-militar estable que defendiera un territorio, más allá de los límites de cada uno de los grupos. Si bien es cierto que en estas comunidades indígenas había caciques mayores, que dominaban un espacio que comprendía grupos al mando de caciques menores, también es cierto que no existían federaciones de caciques que los cohesionara frente a una posible agresión externa”.

Después de la llegada de los conquistadores, la población que habitaba en el valle geográfico del río Cauca se redujo drásticamente. Se calcula que para el inicio de la conquista los habitantes nativos de esta región eran cerca de 21 mil y, al cabo de 15 años, debido a la guerra, el hambre y enfermedades introducidas por los españoles, como la viruela, quedaron muy pocos.

Un folleto de divulgación del Museo del Oro Calima, publicado en 2019, resume aspectos de lo ocurrido:

“El valle medio del río Cauca fue conquistado por los españoles en la primera mitad del siglo XVI; la mayor parte de los pobladores nativos desapareció en el curso de los siguientes 100 años por obra de las matanzas, trabajos forzados y enfermedades. Al Valle del Cauca llegaron desde finales de 1500 pobladores africanos traídos por los conquistadores para el trabajo agrícola y la minería. La población actual de esta región es producto del mestizaje de indígenas, africanos y europeos”.

Un relato de la época

Aunque escrito después de 15 años de la fundación de la ciudad actual, el libro Parte primera de la Crónica del Perú, escrito por el cronista español Pedro Cieza de León, narra algunos aspectos de la vida de los pobladores prehispánicos de Cali y la región. A continuación algunos párrafos:

“Estos indios están apartados del valle y río Grande a dos y a tres leguas y a cuatro, y algunos a más; y a sus tiempos bajan a pescar a las lagunas y al río Grande dicho, donde vuelven con gran cantidad de pescado. Son de cuerpos medianos, para poco trabajo; no visten más que los maures, que he dicho que traen los demás indios; las mujeres todas andan vestidas de unas mantas gruesas de algodón. Los muertos que son más principales los envuelven en muchas de aquellas mantas, que son tan largas como tres varas y tan anchas como dos. Después que los tienen envueltos en ellas les revuelven a los cuerpos una cuerda que hacen de tres ramales, que tiene más de doscientas brazas; entre estas mantas le ponen algunas joyas de oro; otros entierran en sepulturas hondas. Cae esta provincia en los términos y jurisdicción de la ciudad de Cali; junto a ellos, y en la barranca del río, está un pueblo no muy grande, porque con las guerras pasadas se perdió y consumió la gente dél, que fue mucha. E una gran laguna que está pegada a este pueblo, habiendo crecido el río, se hinche; la cual tiene sus desaguaderos y flujos cuando mengua y baja. Matan en esta laguna infinidad de pescado muy sabroso…”.

“Es muy fértil de maíz y de otras cosas esta provincia de los gorrones; hay en ella muchos venados y guadacuinajes y otras salvajinas, y muchas aves. Y en el gran valle del Cali, con ser muy fértil, están las vegas y llanos, con su yerba desiertas, y no dan provecho sino a los venados y a otros animales que los pasean, porque los cristianos no son tantos que puedan ocupar tan grandes campañas”.

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