Iglesia y Gobierno hacen acercamientos

Un encuentro en la Casa de Nariño sostuvieron el presidente Gustavo Petro y el cardenal Luis José Rueda, arzobispo de Bogotá, para dialogar sobre caminos de reconciliación y defensa de la vida frente a las actuales amenazas contra la paz y la vida en el país.

Durante el encuentro, que se desarrolló en un ambiente de construcción conjunta, participaron también el ministro del Interior, Armando Benedetti, y la senadora Clara López.

Las partes coincidieron en la necesidad de promover el respeto por las diferencias, rechazar toda forma de violencia y buscar acuerdos mínimos que permitan preservar la estabilidad democrática y el bienestar de la ciudadanía.

Estas conversaciones entre el Gobierno nacional y la Iglesia católica se desarrollan en momentos de alta tensión política y luego de una reciente ola de atentados en Cali, el Valle y el Cauca, atribuida a las disidencias de alias ‘Iván Mordisco’, y del grave ataque contra el senador Miguel Uribe Turbay en Bogotá, quien permanece en estado crítico.

Esta reunión fue calificada por fuentes del alto gobierno como un primer paso hacia un proceso de desescalamiento institucional y político.

Puente

El objetivo de la Iglesia con este encuentro es tender puentes que conduzcan a un encuentro más amplio en los próximos días, al que asistirían las cabezas de las tres ramas del poder público: Ejecutivo, Legislativo y Judicial.

Esta reunión se realizará próximamente en la Catedral Primada de Bogotá, en la que estarían presentes, además del presidente Petro y el cardenal Rueda, otros actores políticos, como el presidente del Senado Efraín Cepeda, presidentes de las cortes, la Defensora del Pueblo y otros líderes políticos e institucionales, entre ellos varios expresidentes que han sido convocados como garantes del proceso.

Rueda planteó en el encuentro la necesidad urgente de abrir canales de comunicación que permitan superar el ambiente de confrontación en el país, especialmente en el marco del proceso electoral hacia 2026.

Así mismo, se analizó cómo moderar el lenguaje público y evitar una posible escalada de violencia.

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