80 años de la ANDI: la industria que ha forjado país

Colombia no puede contarse sin su industria. Y la historia de su industrialización no puede narrarse sin la Andi.

Desde su fundación en 1944, en plena posguerra y cuando el país empezaba a dar pasos firmes hacia la modernización, la Asociación Nacional de Empresarios ha sido el eje gremial que ha cohesionado al empresariado colombiano, guiándolo a través de crisis, reformas y transformaciones estructurales, siempre con un mismo propósito: construir más país desde la productividad.

La industria ha sido durante ocho décadas la columna vertebral de la modernización económica de Colombia.

De representar un modesto 12,5 % del PIB en 1945, alcanzó picos de hasta el 24,5 % a mediados del siglo XX y, aunque hoy bordea el 12%, sigue siendo un sector estratégico que agrupa talento, innovación, encadenamientos productivos y generación masiva de empleo.

El crecimiento económico, medido en cifras, ha ido de la mano del esfuerzo empresarial.

En los años 50, la productividad industrial creció 648% en menos de una década, mientras que el empleo industrial aumentó un 47 %, generando oportunidades en las ciudades que emergían al calor del desarrollo.

Fue también la industria la que impulsó la urbanización, la electrificación y la educación superior.

Un gremio que ha sido timón en las tormentas

La historia no ha sido lineal. En los años 80, la industria enfrentó una desaceleración profunda, caída de salarios y un contexto de apertura económica que desplazó el eje de producción.

Pese a ello, la Andi mantuvo firme su propósito, defendiendo el aparato productivo y buscando nuevas rutas de desarrollo.

Entre 1984 y 2001, a pesar de la incertidumbre, se crearon más de 700 nuevas plantas industriales.

En los años 90, la agremiación apoyó activamente la creación del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, y en los 2000 jugó un rol clave en la negociación del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos.

Su capacidad de adaptación fue puesta a prueba con la crisis del 2000, el desempleo del 20 % y, más recientemente, la pandemia de Covid -19, ante la cual los empresarios afiliados compraron vacunas para millones de colombianos y lideraron la recuperación económica con un crecimiento del 25 % en 2021 y del 24 % en 2022.

Más que un gremio: un actor social

Lo que distingue a la Andi no es solo su representación empresarial, sino su enfoque en el desarrollo social.

La industria no solo produce bienes, también reduce pobreza, genera empleo formal, mejora la calidad de vida y promueve la equidad territorial.

El crecimiento es la base del desarrollo

La Andi insiste en que sin crecimiento económico sostenido no es posible erradicar la pobreza ni alcanzar el desarrollo humano.

Aunque el sector industrial crece hoy a una tasa promedio del 8 % anual desde el año 2000, esto no es suficiente para transformar estructuralmente al país.

Se necesita más inversión, más innovación, más integración con las cadenas globales de valor y una visión de largo plazo que trascienda los ciclos políticos.

A sus 80 años, la Andi no solo celebra su legado, sino que renueva su compromiso con Colombia.

En un mundo donde la productividad, la sostenibilidad y la resiliencia son imperativos, la industria colombiana sigue siendo, como en 1944, el motor silencioso pero constante del país.

Un motor que necesita combustible en forma de confianza, reglas claras y visión de futuro.

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