Acopi estaría dispuesta a ceder, pero la brecha sigue siendo amplia

Siguen las negociaciones del salario mínimo y la propuesta presentada por los empresarios es de un 6,8%, lo que implicaría un incremento de 84,400 pesos.

Esta cifra se suma al debate que sigue vivo en la mesa de concertación, donde aún no se ha alcanzado un acuerdo definitivo.

En este contexto, la atención se centra ahora en Acopi, el gremio que representa a las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes).

Hasta ahora, Acopi había planteado un aumento del 5,2%, por debajo de la cifra propuesta por los demás empresarios.

Sin embargo, la incertidumbre persiste sobre si este gremio se mantendrá firme en su propuesta o si, por el contrario, se sumará a la postura más alta presentada por los otros sectores empresariales.

Rodolfo Correa, presidente de Acopi, explicó en una entrevista concedida a W Radio que su gremio está dispuesto a ceder en su propuesta, con el fin de mantener vivas las negociaciones.

Correa aclaró que, aunque no pueden revelar las cifras confidenciales presentadas por otros gremios, “la cifra presentada por los empresarios en general será superior al IPC (Índice de Precios al Consumidor), que se encuentra en un 5,1%”.

A pesar de las diferencias en las cifras, Acopi no vería inconvenientes en flexibilizar su postura, siempre y cuando se respeten las reglas del proceso de negociación, que incluyen la toma de decisiones por voto mayoritario.

De esta manera, las cifras actuales sobre la negociación del salario mínimo para 2025 son un aumento del 6,8% propuesto por los empresarios y un 12% solicitado por los sindicatos.

Estas disparidades continúan dificultando la posibilidad de un acuerdo rápido.

Finalmente, la mesa de concertación, convocada por el Ministerio del Trabajo, se reunirá nuevamente este miércoles, 18 de diciembre, a las 2:00 p.m., para intentar cerrar un acuerdo.

En caso de que no se logre una concertación, el Gobierno podría optar por decretar el aumento unilateralmente, como ha sucedido en la mayoría de los años anteriores.

El debate sobre el aumento del salario mínimo en Colombia para el 2025 sigue siendo uno de los temas más cruciales en la mesa de concertación, que se reúne esta semana bajo la dirección del Ministerio del Trabajo.

En un escenario marcado por la distancia entre las propuestas de empresarios y sindicatos, todo parece indicar que el Gobierno podría verse forzado a intervenir y establecer el aumento por decreto, como ha sucedido en la mayoría de los años de la última década.

Inflación

Desde el análisis económico, varios centros de pensamiento, como Fedesarrollo, han señalado que el aumento del salario mínimo debe estar alineado con la inflación anual para evitar efectos adversos en el mercado laboral.

Según este centro de estudios, un incremento superior a la inflación podría generar distorsiones, fomentar la informalidad y perjudicar la competitividad de sectores intensivos en mano de obra.

Por ello, recomiendan un ajuste cercano al 6%, reflejando la inflación proyectada y teniendo en cuenta las limitaciones del crecimiento en la productividad de los trabajadores más vulnerables.

Este aspecto de la productividad es crucial en la negociación.

Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), la productividad general de la economía ha mostrado un crecimiento moderado, pero para los trabajadores que ganan alrededor del salario mínimo, se ha registrado una contracción.

Esto añade complejidad a la justificación de un aumento significativo.

El impacto del salario mínimo va más allá de los trabajadores que lo perciben directamente.

Afecta aspectos claves de la economía, como los copagos en el sistema de salud, el precio de la vivienda de interés social y las tarifas del transporte público, lo que hace que las decisiones tomadas en la mesa de concertación tengan repercusiones amplias.

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