Analistas alertan que suspender la regla fiscal agravaría la fragilidad económica

El Consejo de Política Fiscal (Confis) abordará este lunes un tema que podría marcar un punto de inflexión en la conducción de las finanzas públicas del país: la posible activación de la cláusula de escape contemplada en la Ley 1473 de 2011, que permitiría suspender temporalmente el cumplimiento de la regla fiscal y abrir la puerta a un mayor déficit presupuestal.

Desde el Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana se advierte que el uso de la cláusula de escape confirmaría lo que ya se venía alertando: las cuentas del Plan Financiero estaban infladas y sostenidas por “contabilidad creativa”.

Consideran que esta medida debió tomarse en 2024 para evitar la pérdida de credibilidad institucional y que hoy es la única salida ante la imposibilidad de ajustar gastos o aumentar ingresos.

Sin embargo, recalcan que su aplicación exige mayor transparencia y un plan creíble de consolidación fiscal, clave para mantener la calificación crediticia y el acceso a la Línea de Crédito Flexible del FMI.

Colombia, subrayan, no necesita soluciones transitorias, sino una ruta seria de ajuste con visión de largo plazo.

Por su parte el exministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, expresó su preocupación por el deterioro de las finanzas públicas y calificó como “desafortunada” la decisión de acudir nuevamente a la cláusula de escape.

Recordó que esta herramienta fue utilizada por el gobierno anterior durante la pandemia, pero advirtió que mantener déficits elevados por tanto tiempo ha llevado a un incremento sin precedentes en la deuda pública como proporción del PIB.

“La deuda alcanzará este año el nivel más alto de la historia y eso ya se refleja en el aumento del costo de financiamiento del país”, señaló.

Ocampo explicó que, mientras el Banco de la República ha reducido su tasa en más de 3 puntos, las tasas de los TES a cinco años han subido, lo que evidencia la pérdida de confianza de los inversionistas.

Además, alertó sobre el deterioro del riesgo país, que ha llevado a Colombia a registrar márgenes más altos que los de economías como México, Brasil, Chile y Perú, encareciendo la colocación de deuda externa.

Para el exministro, el país debió hacer los ajustes fiscales necesarios en lugar de depender nuevamente de mecanismos excepcionales.

Sector privado preocupado

El debate ha encendido alertas en el sector privado y la academia.

En la convención bancaria que se adelanta en la ciudad de Cartagena, María Lorena Gutiérrez, presidenta del Grupo Aval, aseguró: “estamos hablando de que el mayor problema que tenemos ahora es fiscal. Si se usa la cláusula de escape, la deuda se va a encarecer mucho más. Van a subir las tasas. Ahora las tasas de endeudamiento ya son altas con el riesgo que tiene Colombia, y con esa medida van a subir más”.

Gutiérrez advierte que el uso de esta herramienta, diseñada para choques extraordinarios como pandemias o guerras, enviaría una señal negativa a los mercados internacionales justo cuando el país ya enfrenta el riesgo de una eventual pérdida del grado de inversión.

La misma preocupación es compartida por Elizabeth Rey, presidenta de Citibank Colombia, quien fue enfática: “Perder la regla fiscal tiene un costo muy alto, en términos de financiamiento y acceso a mercados internacionales. La tendencia en Latinoamérica, en países como México, Chile, incluso Brasil y Panamá, ha sido hacia la convergencia fiscal. Colombia no puede ser la excepción. Necesitamos una senda de ajuste seria para construir los próximos 10 años”.

A su vez, Erick Rincón, profesor de la Universidad del Rosario, plantea que aunque a corto plazo la cláusula puede permitir mayor gasto para atender necesidades urgentes, a mediano y largo plazo “el uso reiterado o prolongado podría deteriorar la credibilidad fiscal del país, encarecer su deuda y afectar negativamente la confianza de los inversionistas”.

Pero el argumento más contundente lo entrega el experto en hacienda pública Henry Amorocho, también del Rosario, quien aclara que la actual coyuntura no cumple los requisitos legales ni técnicos para activar la cláusula de escape.

“La Ley 1473 de 2011 establece que esta cláusula solo puede utilizarse ante eventos extraordinarios. Pero lo que vive Colombia no es extraordinario: es estructural. El déficit fiscal, en lugar de disminuir, ha aumentado del 5,6% en 2022 al 6,3% en 2024-2025. Eso, por definición, rompe con el principio de sostenibilidad fiscal”, aseguró.

Amorocho subraya que el país atraviesa una recuperación económica: el crecimiento pasó del 0,6% en 2023 al 1,7% en 2024, y se proyecta en 2,7% para 2025.

Además, el recaudo tributario viene aumentando. “No se puede justificar una cláusula de escape cuando no hay un colapso del crecimiento ni una caída en los ingresos”, advierte.

El académico también hace énfasis en la existencia de otros caminos responsables para cerrar la brecha fiscal: reducción de gastos, eliminación de duplicidades en entidades públicas y mayor eficiencia en la gestión tributaria, especialmente en la Dian.

Finalmente, llama la atención sobre el silencio del Ministerio de Hacienda frente a la reforma tributaria que no fue aprobada en diciembre de 2024 y que sigue dejando un vacío de financiación de 12 billones de pesos en el Presupuesto General.

“Recurrir a la cláusula de escape sin agotar otras vías sería como agravar la enfermedad con un remedio inadecuado”, concluyó.

El debate está abierto y los próximos días serán clave.

Lo que está en juego no es solo la flexibilidad del gasto, sino la credibilidad macroeconómica del país.

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