Cali, mayo 16 de 2025. Actualizado: jueves, mayo 15, 2025 22:45
Un arranque favorable con alertas persistentes
Colombia creció 2,7 % en el primer trimestre
La economía colombiana arrancó 2025 con un resultado alentador.
El Producto Interno Bruto (PIB) creció 2,7% en el primer trimestre frente al mismo periodo del año anterior, según cifras publicadas por el DANE.
También se registró un crecimiento del 0,8% frente al último trimestre de 2024, en datos ajustados por estacionalidad.
La cifra marca una señal positiva para el ciclo económico y está en línea con lo anticipado por los equipos de análisis del Grupo Bancolombia y el banco Itaú, que ya habían advertido sobre un “primer trimestre más dinámico de lo esperado”, especialmente por el repunte del consumo privado.
Comercio, agro y entretenimiento al alza
El boletín Itaú News – Investigaciones Económicas destaca que el resultado estuvo impulsado por sectores como el comercio, la agricultura y el entretenimiento, que se han beneficiado de una recuperación progresiva del consumo de los hogares y mejores condiciones climáticas.
Por el contrario, la minería y la construcción continúan presentando debilidad, lastradas por bajos niveles de inversión, rezagos regulatorios y menores precios internacionales en el caso del carbón.
Según Carolina Monzón, gerente de Investigaciones Económicas de Itaú Colombia, parte del resultado también se explica por un efecto calendario: “En 2024 la Semana Santa ocurrió en marzo, mientras que en 2025 fue en abril, por lo que marzo tuvo más días hábiles y eso pudo generar un sesgo alcista en la producción del primer trimestre”.
El dato también encuentra respaldo en los indicadores mensuales.
El Indicador de Seguimiento a la Economía (ISE), que permite tener una medición más oportuna del ritmo productivo, habría cerrado marzo con un crecimiento de 3,8% anual, una señal clara de que la economía viene ganando tracción, especialmente en los segmentos asociados a consumo, servicios y actividades agroindustriales.
Consumo y demanda interna en recuperación
Los analistas de Bancolombia señalan en su informe semanal que “la recuperación progresiva de la demanda interna —impulsada por la moderación de la inflación y la reducción de tasas— está devolviendo protagonismo al sector privado”.
El consumo de los hogares muestra señales claras de repunte, especialmente en bienes durables y en servicios como transporte, turismo y alimentación fuera del hogar.
El consumo público, por su parte, continúa siendo un motor de corto plazo debido al gasto fiscal elevado que ha caracterizado los primeros meses del gobierno.
Sin embargo, esta expansión del gasto también está generando presiones sobre las finanzas públicas, lo cual podría limitar el margen de maniobra fiscal en el segundo semestre.
Inflación, tasas y política monetaria: ¿dónde está el límite?
El entorno macroeconómico, sin embargo, dista de ser completamente favorable.
A pesar de la mejora en el PIB, la inflación volvió a repuntar en abril, alcanzando el 5,16% anual.
Este leve incremento frente al 5,09% de marzo interrumpió la tendencia de desaceleración que venía registrándose y encendió alertas entre los analistas y en el propio Banco de la República.
De acuerdo con ANIF, el alza fue impulsada principalmente por los rubros de vivienda, alimentos y restaurantes.
Bucaramanga (6,5%), Pereira (6,2%) y Bogotá (5,7%) lideran la lista de ciudades con mayores presiones inflacionarias, lo cual indica que las dinámicas de precios tienen una marcada heterogeneidad regional.
El repunte de la inflación coincide con un entorno de mayor incertidumbre global.
El Índice de Incertidumbre de la Política Económica (IPEC) de Fedesarrollo subió a 299 puntos en abril, su nivel más alto del año, afectado por tensiones fiscales internas, dudas sobre las reformas económicas en trámite y la volatilidad internacional.
En este contexto, el Banco de la República podría verse obligado a moderar el ritmo de reducción de tasas.
Actualmente, la tasa de intervención se ubica en 10,25%, y si bien el mercado esperaba un ciclo sostenido de recortes, el nuevo escenario inflacionario pone en duda esa trayectoria.
Un entorno externo que se modera… por ahora
A nivel internacional, el boletín de Itaú destaca como positivo el reciente acuerdo de prórroga de 90 días entre Estados Unidos y China para evitar nuevos aumentos arancelarios.
Este pacto ha ayudado a aliviar temporalmente la incertidumbre en los mercados globales, favoreciendo un repunte de los precios del petróleo y una caída de más del 30% en el índice de volatilidad VIX.
En este entorno, las monedas de la región tuvieron una semana positiva: el peso colombiano cerró cerca de los $4.200 por dólar y se proyecta un rango de cotización entre $4.180 y $4.300.
Sin embargo, persisten dudas sobre el rumbo de la política monetaria de la Reserva Federal (FED) en EE.UU., lo cual puede impactar los flujos de inversión hacia economías emergentes como Colombia.
La expectativa de nuevas alzas en las tasas internacionales también podría presionar el tipo de cambio y dificultar los esfuerzos internos por controlar la inflación.
Perspectivas: crecimiento con cautela
Con este panorama, los analistas de Itaú y Bancolombia coinciden en que el crecimiento observado en el primer trimestre no garantiza una expansión sólida durante todo el año.
Factores como la incertidumbre fiscal, la persistencia inflacionaria y la lentitud de la inversión pública podrían moderar el desempeño del segundo semestre.
Aun así, el resultado de 2,7% en el PIB confirma que la economía colombiana ha superado el estancamiento de 2023 y se encamina hacia una recuperación progresiva.
El desafío para el país será sostener esa senda sin descuidar la estabilidad macroeconómica ni la credibilidad institucional en un entorno interno y externo lleno de matices.