Modernizarse: el reto de la industria química para 2024

Por: Mauricio Velásquez, gerente general de Sucroal

La industria química juega un rol fundamental dentro de la reactivación económica que adelanta el mundo entero en medio de rumores de recesiones y vaticinios de desaceleración.

Alimentos, medicamentos, productos cosméticos, de aseo, pinturas y textiles, dependen de este sector para llegar a sus consumidores finales.

Sin embargo, esa misma relevancia trae un reto: modernizarse.

2023 fue un año en el que esto se hizo más evidente que nunca: por ejemplo, Europa sufrió caídas de hasta 12,3 %, dejando a países como España con producciones disminuidas en 8 %, solo en el primer semestre.

En Colombia la situación no fue diferente, con una caída en las exportaciones químicas del 0,04% (septiembre 2023) y las importaciones en 27,2 %, así como una venta y producción en la industria con disminuciones del 18,2 y 20 %, respectivamente, el panorama no fue nada alentador.

Las cifras son preocupantes, pero el nivel de discusión sobre este problema lo fue todavía más.

El país cayó en una polarización que no nos permitía ver más allá del blanco y negro, cuando la búsqueda de una solución, en lugar del enfrascamiento en el problema, es la verdadera necesidad.

Ahora bien, ¿qué hacemos? Alertar sobre la caída de los indicadores no basta para mitigar el riesgo que implica una industria química debilitada.

En Sucroal, por ejemplo, entendimos que era necesario replantearnos los inamovibles de nuestra operación, porque sabemos que nuevos problemas requieren soluciones innovadoras, y esta apertura al cambio nos ha permitido posicionarnos como la cuarta compañía en exportación del sector químico nacional.

Puedo dar fe de tres aprendizajes que pueden aplicarse entonces a esta, nuestra industria, si queremos llevarla por un buen —y siempre mejor— camino de modernización.

El primero es el imperativo de la diversificación de mercados.

Somos una industria de larga data y sabemos hacer las cosas bien, pero siempre podemos mejorar y abrirnos al fortalecimiento de las relaciones comerciales con nuestros socios actuales y los que están por venir es un ‘no negociable’ en el panorama actual.

Si no dependemos de un único mercado podemos mitigar el impacto de las fluctuaciones en la demanda interna, y allí es donde mejoramos nuestras posibilidades.

En segundo lugar, la optimización de procesos debe ser un ‘always on’, para tener producciones rentables y reducir costos operativos.

Vivimos en la era de la tecnología, no incluirla dentro de nuestro desarrollo como industria sería negarnos a volar por la costumbre de caminar, y existen avances que nos pueden ayudar a ser más eficientes y mantenernos competitivos en un mercado cada vez más saturado.

Mi tercera lección va más enfocada al futuro; como líderes de la industria química, debemos hacer todo lo posible por potenciar la investigación en nuestras compañías.

El desarrollo de nuevas y mejores soluciones para ofrecer nos renueva, nos mantiene vivos y nos permite llegar con años de ventaja a los retos del mañana, teniendo siempre a la sostenibilidad como bandera.

Estos tres pilares, aplicados desde un entendimiento del talento humano como motor de nuestra industria, pueden servirnos de brújula para navegar en un mercado cambiante.

Además, vale la pena potenciar los estudios en el sector químico de América Latina, donde la data actualizada y local puede darnos luces sobre las decisiones que estamos tomando y cómo potenciarlas, siempre trabajando en aras de un futuro sostenible para todos.

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