Cali, septiembre 16 de 2025. Actualizado: lunes, septiembre 15, 2025 22:35

Microcrédito en Colombia: motor silencioso de inclusión financiera y dinamismo regional

Andina y Pacífico, las regiones que lideran desembolsos de microcrédito en Colombia

Andina y Pacífico, las regiones que lideran desembolsos de microcrédito en Colombia
Foto: Oficina de prensa
martes 16 de septiembre, 2025

El microcrédito se consolida como una de las palancas más importantes de inclusión financiera y desarrollo territorial en Colombia.

Según la Asociación Colombiana de Instituciones Microfinancieras (Asomicrofinanzas), hasta julio de 2025 se desembolsaron más de $9,7 billones en microcréditos a través de 1.081 municipios, lo que equivale a más de un millón de operaciones dirigidas a pequeños negocios, emprendedores familiares y unidades productivas rurales y urbanas.

“Los microcréditos son la puerta de entrada para que miles de colombianos puedan emprender, sostener sus negocios y mejorar la calidad de vida de sus familias. Son una herramienta que transforma economías locales y fortalece la cohesión social”, afirmó María Clara Hoyos, presidente ejecutiva de Asomicrofinanzas.

Región Andina: líder absoluto en colocación

El análisis regional muestra que la Región Andina concentra el mayor volumen de actividad. Con 518 mil operaciones, movilizó más de $5,4 billones, lo que representa más de la mitad del microcrédito en el país.

Su dinamismo responde a la alta densidad poblacional y al peso de los corredores urbanos como Bogotá, Medellín y Bucaramanga, donde miles de microempresarios recurren a este financiamiento para mantener la operatividad de pequeños comercios y servicios.

Pacífico: segundo lugar en dinamismo

La Región Pacífica se ubica en segundo lugar, con 224 mil operaciones y desembolsos por $1,2 billones.

Aunque la brecha frente a la Andina es significativa, la tendencia evidencia una demanda creciente en ciudades como Cali, Buenaventura y Pasto, donde el microcrédito ha sido clave para sostener iniciativas ligadas al comercio, la gastronomía, la cultura y actividades portuarias.

En palabras de Hoyos, “estas cifras confirman que el microcrédito no solo financia emprendimientos, también contribuye a sostener el tejido social en regiones con enormes desafíos de equidad”.

Orinoquía y Amazonía: crecimiento acelerado

El informe destaca que la Orinoquía es la región con mayor crecimiento porcentual: un 9,8% más en número de operaciones y un 24,8% más en montos desembolsados frente al mismo periodo de 2024.

Este comportamiento refleja el empuje de sectores como la agricultura, la ganadería y el comercio fronterizo, que encuentran en el microcrédito un canal para financiar inventarios y expandir mercados.

La Amazonía también registra un comportamiento sobresaliente, con un aumento del 21,5% en los desembolsos.

Allí, el microcrédito permite apoyar actividades ligadas a la economía popular, iniciativas de turismo comunitario y proyectos agroforestales, en territorios donde la inclusión financiera aún enfrenta barreras logísticas y tecnológicas.

Caribe: contrastes en operaciones y montos

La única región con caída en número de operaciones fue la Caribe, donde los desembolsos disminuyeron 1,5%.

Sin embargo, en términos de montos, el crédito creció 3,7%, lo que sugiere una concentración en operaciones de mayor valor.

Esta paradoja refleja una necesidad urgente de fortalecer el acceso para pequeños negocios y no solo para microempresas medianamente consolidadas.

Impacto económico y social

Los más de $9,7 billones desembolsados hasta julio de 2025 tienen un efecto multiplicador en las economías locales.

Cada microcrédito moviliza cadenas de valor que van desde la compra de insumos y materias primas hasta la generación de empleo en barrios y veredas.

De acuerdo con las cifras del gremio, el ticket promedio de operación es de $9 millones, lo que refleja que la mayoría de los beneficiarios son pequeños comerciantes, tenderos, productores agrícolas y trabajadores independientes.

Este nivel de financiamiento es fundamental para dinamizar la economía popular, que en Colombia aporta más del 30% del empleo nacional.

Además de su efecto económico, el microcrédito actúa como un mecanismo de inclusión social, permitiendo que hogares de bajos ingresos, sin acceso al crédito tradicional, logren acceder a financiación formal.

Coyuntura y proyección futura

El avance del microcrédito se da en un contexto económico desafiante. Mientras la economía colombiana enfrenta una desaceleración con un crecimiento del PIB cercano al 2,9% en el segundo trimestre de 2025, el microcrédito se convierte en un amortiguador frente a la pérdida de dinamismo de otros sectores.

El reto hacia adelante será consolidar políticas públicas que fortalezcan la educación financiera, mejoren la capacidad tecnológica de las microfinancieras y promuevan mayores alianzas público-privadas para extender la cobertura a regiones apartadas.

“Estamos convencidos de que el microcrédito será una de las herramientas que más contribuirá al desarrollo regional y a la equidad territorial en los próximos años. Lo que necesitamos es seguir ampliando su alcance y fortaleciendo el marco regulatorio”, concluyó Hoyos.

El informe de Asomicrofinanzas confirma que el microcrédito se ha convertido en un pilar de inclusión y desarrollo económico regional.

Con más de 1 millón de operaciones y una expansión visible en zonas históricamente rezagadas, el país avanza hacia una democratización del acceso financiero.

La proyección es clara: si se mantiene el ritmo de crecimiento observado en 2025, el microcrédito no solo seguirá sosteniendo la economía popular, sino que también se consolidará como una pieza estratégica para enfrentar la desigualdad y fortalecer la competitividad regional.


Andina y Pacífico, las regiones que lideran desembolsos de microcrédito en Colombia

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