Atlético Americano revoluciona el futuro de los jóvenes en el Cauca

Jaime Andrés Velásquez, líder social del corregimiento El Ortigal en Miranda, Cauca, dedica su vida a mejorar las oportunidades para los jóvenes de su comunidad.

A través de su fundación, Atlético Americano, desarrolló iniciativas educativas y deportivas que impactan positivamente a niños y adolescentes, ofreciéndoles herramientas para un futuro mejor.

Uno de los logros más destacados de su fundación es la obtención de becas universitarias para tres jóvenes, quienes podrán continuar su formación académica en la Universidad San Buenaventura.

Jaime Andrés Velásquez creció en un entorno familiar modesto y enfrentó numerosas dificultades económicas que lo motivaron a buscar formas de superación personal. Trabajó y estudió simultáneamente, encontrando en el camino a personas que lo apoyaron y ayudaron a alcanzar sus metas.

Pandemia y estallido social: El impulso detrás de Atlético Americano

Esta experiencia lo inspiró a retribuir a su comunidad, creando oportunidades para los niños y jóvenes del norte del Cauca.

Durante la pandemia de COVID-19 y el estallido social de 2021, Velásquez observó de cerca las dificultades que enfrentaban los jóvenes de su comunidad, tanto social como económicamente.

Esto lo llevó a fundar Atlético Americano, una iniciativa que combina el deporte, la enseñanza del inglés y el emprendimiento, con el objetivo de ofrecer a los jóvenes un camino diferente y lleno de oportunidades.

Atlético Americano comenzó con un pequeño grupo de niños y creció exponencialmente en los últimos tres años. Actualmente, más de 300 niños de Miranda, Padilla, Villarica, Florida y Palmira participan en sus programas.

La fundación ofrece actividades deportivas, educativas y de desarrollo personal, ayudando a los jóvenes a desarrollar habilidades y valores fundamentales para su crecimiento.

Entre las actividades destacadas de la fundación se encuentran programas deportivos enfocados en el fútbol, la enseñanza del inglés utilizando metodologías innovadoras y las iniciativas de emprendimiento e inteligencia emocional basadas en libros como “Los 4 acuerdos” y “Los 7 hábitos de los jóvenes altamente efectivos”.

Además, la fundación organiza jornadas de impacto social donde la comunidad colabora en el mejoramiento de su entorno.

Uno de los mayores desafíos que enfrentó la fundación es la falta de apoyo estatal y los problemas económicos para sostener sus programas. La movilidad también es todo un reto, dado que los territorios están alejados y rodeados de extensas áreas de cultivo de caña.

Sin embargo, gracias a la dedicación y al amor con el que se realizan las actividades, se logró obtener el apoyo de empresas extranjeras y mantener la confianza de la comunidad.

La metodología única de la fundación permitió a los jóvenes no solo aprender un nuevo idioma mientras practican deporte, sino también acceder a oportunidades educativas superiores.

Triunfo y esperanza: tres jóvenes logran becas universitarias

La colaboración entre el Club Americano, apoyada por la Fundación Alna, resultó en la obtención de becas universitarias para tres jóvenes.

Nicol Tatiana Escobar, de 19 años, es una participante activa en los programas de la fundación desde 2021. Vive con su familia en El Ortigal, donde sus padres manejan un taller de motos.

Como delantera del equipo femenino, Nicol demostró ser una líder y una joven organizada.

Gracias a su dedicación, obtuvo una técnica en el Sena y ahora, con la beca de la Fundación Alna, estudiará Administración de Empresas en la Universidad San Buenaventura.

Haider Palacios, un joven de 16 años, fue un pilar en la categoría Sub-16 del equipo de fútbol y ahora forma parte del equipo Élite de Envigado Palmira. Residente del corregimiento de Tarragona, es conocido por su liderazgo y desempeño académico ejemplar.

Su pasión por el deporte y su responsabilidad lo llevaron a elegir la carrera de Gestión Deportiva, y la beca de la Fundación Alna le permitirá perseguir sus sueños universitarios.

Mahicol Reinoso, originario de la vereda Yarumales en Padilla, Cauca, es un ejemplo de perseverancia y constancia. A pesar de las dificultades económicas, nunca faltó a los entrenamientos, viajando largas distancias en moto con su padre.

Su dedicación académica y su pasión por el fútbol lo llevaron a ser seleccionado para la beca universitaria, donde estudiará Administración de Empresas, cumpliendo así su anhelo de una vida mejor para él y su familia.

La selección de los beneficiarios de las becas fue rigurosa. La Fundación Atlético Americano, junto con la Fundación Alna, evaluó a los candidatos basándose en su desempeño académico, comportamiento y liderazgo en la comunidad.

Los jóvenes fueron entrevistados y se les solicitaron sus calificaciones y resultados del ICFES. Finalmente, tres de los siete candidatos iniciales fueron seleccionados para recibir las becas.

La noticia de las becas fue dada durante un almuerzo en Cali, donde estuvieron presentes las familias de los beneficiarios y directivos de ambas fundaciones. Las emociones fueron intensas, con lágrimas de alegría y gratitud por la oportunidad de un futuro mejor.

La educación y el deporte como herramientas de cambio

Atlético Americano tiene planes ambiciosos para expandir sus programas y beneficiar a más jóvenes de la región.

A corto plazo, la fundación planea ofrecer clases de inglés gratuitas a través de redes sociales, extendiendo su alcance más allá de los jugadores del club.

A mediano plazo, buscan crear una plataforma educativa que permita a los padres seguir el progreso de sus hijos y ofrecer material de apoyo adicional.

A largo plazo, la visión de la fundación es establecer instalaciones deportivas y educativas en El Ortigal, proporcionando un entorno integral donde los jóvenes puedan completar su educación desde la escuela primaria hasta la universidad.

Con la tecnología, también aspiran a crear “satélites” o equipos afiliados que adopten su metodología y expandan su impacto en la región.

Jaime Andrés Velásquez y su fundación, Atlético Americano, están transformando la vida de muchos jóvenes en el norte del Cauca.

A través del deporte, la educación y el apoyo emocional, crean oportunidades significativas para que los jóvenes sueñen y logren sus metas.

Con planes de expansión y un enfoque en la formación integral, la fundación continúa siendo un faro de esperanza y progreso para la comunidad.

Además, Velásquez afirma que no habría podido hacer nada de esto sin el apoyo incondicional de su esposa, Magaly Torres, cuya dedicación y compromiso fueron fundamentales para el éxito de la fundación y el impacto positivo en la vida de tantos jóvenes.

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