Cali, mayo 16 de 2025. Actualizado: jueves, mayo 15, 2025 22:45
Un liderazgo que trasciende
Daniel Felipe Marín: Juventud sin límites, corazón del Valle
Ser joven en el Valle del Cauca no es fácil. Pero ser joven, afrodescendiente, con conciencia social, visión política y amor profundo por el territorio, es una tarea que muy pocos asumen con la determinación de Daniel Felipe Marín.
Desde Yotoco, ese paraíso de los vientos donde la tradición y la esperanza se abrazan, surgió un liderazgo que ya no cabe en moldes ni fronteras.
Daniel es hoy presidente del Consejo Departamental de Juventud del Valle del Cauca y consejero municipal por Yotoco, desde donde viene ejerciendo una representación con sentido, compromiso y visión transformadora.
Su paso por los escenarios de participación no es decorativo: es estratégico. Entiende la política juvenil como una herramienta real de incidencia, y convirtió su papel como consejero en un puente entre las necesidades del territorio y las decisiones del poder.
Incidencia política con sentido social
Es estudiante de Derecho en la UCEVA, pero su vocación por la justicia no espera el título. Desde ya defiende, propone y actúa por los derechos de las juventudes vallecaucanas.
En la COP16 —el evento ambiental más importante del continente— se hizo sentir en la zona azul, ese espacio reservado para quienes piensan y actúan a escala global.
Allí propuso la creación de la Red de Jóvenes Ambientalistas del Valle del Cauca, una iniciativa que está en marcha y que promete ser un faro para las nuevas generaciones comprometidas con el medio ambiente.
Hablar de su trayectoria es hablar de compromiso. Daniel fue pieza clave en la construcción de la Asamblea Departamental de Curules Especiales, un hecho sin precedentes en el municipio de Alcalá, que abrió puertas para la participación política de sectores históricamente excluidos.
Sus propuestas no se quedan en el discurso: se concretan, se ejecutan, y dejan huella.
Raíces, agradecimientos
Pero detrás del joven líder hay una historia de amor y de raíces que lo sostienen. A mi madre, Amanda Gisela Pérez Mazo, le debo lo que soy.
Eres mi fuerza, mi inspiración, mi brújula. A mi abuela, María Rosalba Mazo Ordóñez, gracias por ser el corazón cálido de mi historia. Ambas son mi origen, mi refugio y mi impulso.
Al exalcalde Jorge Tascon, gracias por demostrar con tu ejemplo por qué Yotoco es tierra de los vientos: contigo aprendí a amar lo que somos y a soñar con lo que podemos ser. Fuiste más que un mandatario, fuiste guía.
A mi gobernadora, Dilian Francisca Toro, una mujer fuerte e inteligente, gracias por tu liderazgo y por confiar en la juventud como motor de transformación. Has hecho de la acción comunitaria una bandera, y eso nos inspira a seguir.
Como líder juvenil, me mueve el amor por mi tierra. No trabajo por protagonismo, sino por convicción.
No reconozco límites, porque creo en una juventud que nace para romperlos. Mi compromiso es ver a esta generación participando, decidiendo, construyendo futuro con identidad y dignidad.
Mi sueño es ver un Valle del Cauca donde ser joven no sea una lucha por ser escuchado, sino una fuerza reconocida y respetada.
Porque el liderazgo no se impone: se siembra, se cuida, y florece. Y porque ser vallecaucano no es solo nacer en este suelo, es llevarlo en el alma y transformarlo con cada paso.