Cali, noviembre 26 de 2024. Actualizado: martes, noviembre 26, 2024 00:07

30 años devolviendo sonrisas

Fiestas, reinados y amor: cómo Yadira Valencia celebra la vida de los abuelos y dignifica su existencia

Fiestas, reinados y amor: cómo Yadira Valencia celebra la vida de los abuelos y dignifica su existencia
Foto: Yadira Valencia
viernes 27 de septiembre, 2024

Yadira Valencia, una mujer comprometida con la ayuda a los más vulnerables, encontró en los adultos mayores una causa que la motivó profundamente.

Proveniente de una familia con una fuerte vocación de servicio y de sus antepasados heredó el deseo de ayudar a los más necesitados.

Su trabajo comenzó hace más de 30 años, cuando la realidad de los adultos mayores abandonados en las calles de Cali llamó su atención.

Abuelos dejados a su suerte, viviendo debajo de puentes y sobreviviendo gracias a la caridad de quienes les ofrecían un plato de comida, fueron el motor que impulsó a Yadira a iniciar una labor que hasta el día de hoy continúa transformando vidas.

El inicio de una misión humanitaria

El recorrido de Yadira por el trabajo social comenzó de forma sencilla pero con una gran determinación. Inicialmente, en colaboración con la policía y la personería, lograron rescatar a ancianos en situación de abandono, ubicándolos en los pocos hogares de paso que existían en la ciudad.

Con el tiempo, esta misión se formalizó y se consolidó bajo el lema “ayúdanos a ayudar”, un eslogan que representa la filosofía detrás de su trabajo: la solidaridad como una herramienta poderosa para generar cambios.

Su trabajo no se limitó a gestionar hogares temporales para los abuelos. Yadira y sus amigos idearon programas de recolección de alimentos y de materiales para mejorar la infraestructura de los albergues.

La comunidad fue clave en esta etapa, con vecinos y comerciantes que aportaron desde ladrillos para la construcción de pabellones hasta ropa y alimentos para asegurar una vida digna a los ancianos.

Los desafíos de mantener la esperanza

A lo largo de más de tres décadas de trabajo ininterrumpido, Yadira enfrentó innumerables obstáculos.

Desde la falta de recursos hasta la indiferencia de las instituciones, su labor se vio marcada por la necesidad de tocar puertas constantemente y hacer alianzas con otras organizaciones.

Sin embargo, lo más difícil fue visibilizar el trabajo que realiza. Según relata, tuvo que “luchar con las uñas” para que su causa sea reconocida y apoyada.

Uno de los principales retos fue lograr que los adultos mayores recibieran el trato y el respeto que merecen.

En medio de la lucha, Yadira y sus amigos consiguieron establecer una ordenanza departamental que declara el último domingo de agosto como el “Día del Abuelo”.

Este logro no solo reconoció a los abuelos, sino que también movilizó a la comunidad a celebrar y valorar a esta población vulnerable, creando un espacio para que los ancianos sean honrados públicamente.

Una red de apoyo en constante crecimiento

A lo largo de los años, Yadira entendió que el trabajo social requiere de una red de colaboración sólida. Por eso, ha trabajado estrechamente con diferentes actores, como medios de comunicación, ONG internacionales, y la Iglesia Católica, quienes son piezas clave para la realización de su misión.

Estas alianzas permitieron que continúe su labor, sino que también amplíe el alcance de sus actividades, beneficiando a más personas cada año.

Uno de los momentos más significativos en esta travesía fue la creación de un evento anual: el reinado de la abuela.

Este certamen se convirtió en una tradición que captó la atención de la comunidad y del gobierno local, logrando que cada año se realice una fiesta en honor a los ancianos.

Impacto en la comunidad y logros destacados

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Entre los mayores logros de Yadira se encuentra el haber promovido una política pública que beneficia a los adultos mayores en situación de vulnerabilidad.

El impacto de su trabajo no solo se mide por la cantidad de abuelos que fueron rescatados de las calles y llevados a hogares donde reciben cuidados básicos, sino también por la transformación que logró en la percepción social hacia los adultos mayores.

Además de la ordenanza departamental, Yadira es un puente para conectar a los ancianos con programas gubernamentales de apoyo económico, como el de Prosperidad Social, aunque este aún presenta desafíos en su implementación.

El trabajo de Valencia ayuda a dignificar la vida de cientos de ancianos, brindándoles una red de apoyo que les permite vivir con mayor tranquilidad y dignidad.

La lucha por recuperar los beneficios perdidos

Con la llegada de la pandemia, la situación empeoró. Los eventos organizados para los abuelos, como el reinado de la abuela o las jornadas recreativas, fueron cancelados debido a las restricciones sanitarias.

Esto no solo afectó el bienestar emocional de los ancianos, sino que también limitó el acceso a alimentos, ropa y cuidados médicos, los cuales eran gestionados durante estas actividades.

Las medidas de distanciamiento social y la crisis económica derivada de la pandemia dejaron a muchos ancianos nuevamente vulnerables, sin la red de apoyo que Yadira había construido.

Ante este panorama, Yadira intensifica su lucha para recuperar los beneficios perdidos. Buscó nuevas alianzas con autoridades locales y organizaciones, intentando reactivar los programas de asistencia.

Su objetivo es restablecer los espacios de recreación para los ancianos que tanto lo necesitan. Aunque los tiempos cambiaron y la situación es difícil, Yadira sigue firme en su compromiso, movilizando a la comunidad y recordando a todos que los abuelos no deben volver al olvido.

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