Cartas sobre la mesa

Ana Janeth Ibarra

Empezaré por afirmar que la percepción general sobre una pócima efectiva para alcanzar el éxito y la felicidad es un asunto que va más allá de las especulaciones, las supersticiones o los simples juegos de poder. Desde tiempos sin nombre hasta nuestros días, las grandes religiones, los gurús y los coach motivacionales siempre nos remiten a las acciones positivas que debemos llevar a cabo en los diferentes escenarios de nuestra existencia para alcanzar tan anhelado estado de bienestar.

Desde la perspectiva anterior, parece ser que el éxito y la felicidad entonces son factores subjetivos que dependen especialmente de la persona que los busca e influyen las formas de enfrentar la vida y las maneras como cierras o abres las puertas con tu actitud.

Lo anterior ejemplifica como las actitudes y aptitudes marcan la diferencia en un mundo plagado de oportunidades. En un esfuerzo por comprender que los problemas y el dolor son algo inevitable en nuestras vidas, pero el sufrimiento es una elección.

Tú eliges cómo vas a vivir tus problemas y tu vida, con qué actitud te vas a enfrentar a ellos. La actitud por sí sola no podrá transformar tu existencia, se necesita de otras aptitudes necesarias para alcanzar el éxito y la felicidad. Es necesario clarificar el camino para encontrar y crear las oportunidades que permitan explotar otros ecosistemas sin quedar estáticos.

Es necesario el movimiento para valorar con precisión los riesgos en los que se incurren tras ir en busca de las metas. Sin embargo, para llegar lejos debemos cerrar los oídos y nunca escuchar a los escépticos, ellos no tienen la capacidad de acompañar nuestro sentir y de impulsarnos hacia el logro.

En armonía con lo expuesto, es urgente reflexionar que tanto en el desarrollo laboral como personal, todo comienza por tener una actitud efectiva frente a los retos y desafíos que diariamente se presentan, puesto que proyectar nuestra mente positivamente siempre marcará la diferencia.

Asimismo, quiero traer uno de los pensamientos de Uell Stanley Andersen, cuando le preguntaron por la forma precisa para hallar la felicidad y sin dudas respondió: ¡todo lo que puedes pensar y captar te pertenece! Rechace la duda. Resístase a aceptar la ansiedad, la prisa y el miedo.

Todo lo que sabe y todo lo que hace reside en usted y se expresa en un suave murmullo. Las cartas están sobre la mesa, cada quien decide.

Por último, los invito a ser persistentes y hasta obsesivos al perseguir lo que se propongan, esto te traerá una seguridad poderosa que te permite que esta dupla de actitud y aptitud se conviertan en el binomio perfecto para alcanzar tus metas.