Cali, abril 10 de 2025. Actualizado: miércoles, abril 9, 2025 23:05
Antonio Rosa, el negro Muleta
La conquista y colonización española de Argentina refiere al período comprendido entre el siglo XVI y principios del siglo XIX, en el cual una parte del actual territorio argentino fue conquistado y colonizado por el Imperio español. En ese tiempo apareció por primera vez la expresión “Argentina” (país de la plata) para denominar un área sin límites definidos que se extendía desde el Río de la Plata hacia el noroeste. Muchos nombres de regiones se tomaron de los pueblos indígenas que habitaban el territorio; otros fueron impuestos por los colonizadores.
El primer español que llegó a Argentina fue Juan Díaz de Solís, en 1516, pero fue asesinado por los indígenas en la costa. En 1536, una expedición más grande, organizada para la conquista del nuevo mundo, llegó al Río de la Plata bajo el mando de Pedro de Mendoza.
La independencia
La Declaración de Independencia de Argentina fue una decisión tomada el 9 de julio de 1816 por el Congreso de Tucumán, con la que se declaró formalmente la ruptura de los vínculos políticos entre las Provincias Unidas del Río de la Plata y la monarquía española. La declaración fue realizada en la Casa de Tucumán, en la ciudad de San Miguel de Tucumán. Diez días más tarde, el mismo Congreso renunció también a toda dominación extranjera. Este acto fue parte del movimiento de independencia hispanoamericana frente al Imperio español.
Argentina es uno de los 35 países del hemisferio con menor población negra, al menos según los registros posteriores a la colonia. Sin embargo, como en todos los países americanos, fue invadida por europeos que establecieron el Virreinato del Río de la Plata en 1776. Con el paso de los años surgieron movimientos disidentes que se opusieron a la corona española, dando lugar a un proceso que culminó en la independencia del país.
El negro Muleta
En este contexto, y en el año 1795, nació Antonio Rosa, hijo de personas esclavizadas. Fue más conocido como “el negro Muleta”.
Se trató de un soldado que participó en numerosas batallas del Ejército Libertador de la República Argentina. Su apodo se debía a que, tras largas caminatas hacia pueblos como Quilmes, Haedo y Luján en busca de hierbas medicinales —cuyas propiedades aseguraba conocer bien—, a veces usaba muletas para aliviarse.
Don Antonio sentía verdadera adoración por su patria y siempre se sintió orgulloso de ser argentino. Estuvo vinculado al servicio militar durante 63 años. Su última participación fue en la sangrienta campaña del Paraguay, donde fue ascendido a sargento primero tras la batalla de Boquerón. Tomó parte en todas las acciones de esa guerra hasta su finalización.
En el Paraguay, Antonio Rosa fue herido varias veces: recibió dos balazos en los riñones en Paso de la Patria, un bayonetazo en el pie izquierdo en Boquerón, un balazo en el brazo derecho y un sablazo en el muslo derecho en Curupaytí.
Antes de la Guerra del Paraguay, combatió contra los montoneros y sirvió bajo las órdenes de los generales Acha y Pacheco.
“El negro Muleta”, como le decían sus vecinos, era católico. Se casó dos veces y tuvo diecinueve hijos.
Aunque ha sido invisibilizado en la historia, Antonio Rosa es recordado por su coraje frente al enemigo y por haber sido un hombre negro que, pese a la discriminación imperante en las fuerzas militares, logró consolidar una trayectoria ejemplar.
El sargento Antonio Rosa vivió en dos siglos y murió a los 121 años por causas naturales.