Autoridad

La Constitución Política ha definido que los alcaldes son la primera autoridad administrativa y de policía de los municipios o distritos, y dentro de sus funciones, a las voces del artículo 315 constitucional, está la de “conservar el orden público…”

Teniendo esa facultad, y habiendo sido elegido Alejandro Eder por amplia mayoría de caleños que votamos por el “amor y control”, que propuso en la campaña, no puede ahora pedírsele que merme su accionar como mandatario.

La recuperación de la ciudad pasa por imponer orden en las vías, en las calles, en los espacios públicos, en la documentación de quienes circulan en moto; por el control de la ciudad que tanto clamó mano dura, en su momento, hasta que por fin llegó.

Por eso, la acción de la autoridad de movilidad, cuando atraviesa un vehículo para hacer reten y poder obtener mejor control de los motorizados, que estaban acostumbrados a andar sin restricción alguna, debe aplaudirse.

No se trata de autoritarismo, se trata de mecanismos preventivos del delito, incluso del legítimo y legal ejercicio de la autoridad de tránsito.

Al contrario de caer en la crítica fácil, en el reproche y el murmullo tomado por los contradictores del alcalde Eder, lo que se debe evidenciar y rechazar, es el insulto y atentado a los agentes de movilidad, el atropello a personas de la tercera edad que caminan por andenes y que motorizados los golpean sin piedad alguna; a quienes manejan los denominados “vehículos fantasma”, a los que transitan sin documentos en regla.

En fin, no podemos dejar que se siga criticando el llamado al orden y aupando el caos.

Apoyemos la medidas de control del alcalde Eder, del secretario Gustavo Orozco, de la administración toda, que solo busca recuperar a la ciudad, de que Cali vuelva a su estadio de gran capital que se fue desmoronando, poco a poco, y falta bastante para volverla a posicionar; pero entre todos, podemos.

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